En América Latina y el Caribe, uno de cada dos habitantes presenta sobrepeso u obesidad, y las enfermedades asociadas a ellas causan más muertes que el narcotráfico, dijo Julio Berdegué, subdirector general y representante regional para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En el marco de la celebración de los 40 años de la apertura de la oficina de la FAO en México, destacó que la región avanzan en sentido inverso al logro del Objetivo Hambre Cero para 2030, con incremento en la población en situación de pobreza, en los índices de malnutrición, obesidad y sobrepeso.

En 24 de los 33 países miembros “tenemos 20% de la población no sólo con sobrepeso, sino con obesidad. Nos estamos convirtiendo en un continente de gordos”.

Paradójicamente, se ha retrocedido en los avances para alcanzar el Objetivo Hambre Cero fijado para 2030. En dos décadas, la población en condición de hambre se incrementó en 2.4 millones, y si se habla de la infantil, resulta que casi 6 millones de niños padecen desnutrición crónica, cifras en nada compatibles con el nivel de desarrollo de la región, donde ningún país se salva.

Continente de gordos. “Si seguimos así, vamos a rodar por las calles”, dijo Berdegué, quien llamó a tomar conciencia del sobrepeso y la obesidad como un problema complejo en el que inciden múltiples factores, culturales, económicos, sociales, que requieren acciones vigorosas.

Mencionó que entre los retos, “en primer lugar, el objetivo de terminar el hambre en 2030, y la malnutrición y el sobrepeso”.

En segundo, más alimentos, pero de una forma más sustentable, con menor cantidad de agua, que no sea tumbando bosques.

El siguiente, eliminar la pobreza, particularmente la rural, “todavía tenemos 47% de población rural en condición de pobreza, y 28% en pobreza extrema”.

Como cuarto desafío señaló la optimización del sistema alimentario, incluyendo la cadena de producción, comercio y abasto; evitar las pérdidas de alimentos que se registran en el proceso, a las que se suma el desperdicio una vez que llegan al consumidor.

Las estimaciones son que de cada 10 kilos de alimentos que se producen o importan, 3.7 se echan a perder antes de ser consumidos; estudios documentan que 50% de la producción de jitomate se pierde, y 18.32% en la de maíz.

A todos estos desafíos se suma frenar el cambio climático, conservar la biodiversidad y proteger ecosistemas. Es un hecho que deben producirse más alimentos, pero no a costa del cambio climático; el reto es producir y proteger la agricultura y áreas rurales de los efectos de ese cambio climático.

Los medios de comunicación, añadió Berdegué, tienen un papel insustituible para facilitar el diálogo y la comunicación, donde ciudadanos, organismos, gobiernos, podamos dialogar, integrar visiones, construir acuerdos, compromisos comunes; y que a partir de esa información sea posible el escrutinio ciudadano.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses