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M otonetas, patrullas y recorridos de personal de Vigilancia UNAM a pie fueron las medidas con las que se reforzó la zona de Los Frontones, donde el viernes se registró una balacera en esa área localizada entre el Anexo de las facultades de Ingeniería y de Contaduría y Administración en Ciudad Universitaria.

El lugar donde dos personas resultaron lesionadas y después murieron, es uno de los puntos donde se veía venta de drogas. En un recorrido, EL UNIVERSAL observó dos convoys de motonetas y al menos cinco patrullas de vigilancia.

El ambiente es tenso: en pasillos, jardines y áreas comunes la conversación fue sobre los hechos de violencia del viernes, mientras sonaban las sirenas de las patrullas de vigilancia de la institución. A su paso fueron ubicadas dos personas que se encontraban tomando y les pidieron que se retiraran.

Rafael Torres, jefe del Área de Vigilancia de la UNAM, dijo que se ha reducido el narcomenudeo en la zona de Los Frontones y reconoció que no se ha logrado erradicar este delito, puesto que las personas que son identificadas en alguna actividad prohibida regresan en cuanto la vigilancia se retira.

“La instrucción es mantener la seguridad del estudiantado. Sí se reforzó la zona donde fue el conflicto, pero en general se está redoblando en todas las regiones. Por como vienen vestidos o por su forma de ser no se les dice nada. Cuando vemos que están haciendo alguna cosa que no está permitida dentro del campus, como ingerir bebidas alcohólicas, estupefacientes o algún tipo de droga es cuando les pedimos que se retiren. En esta zona ha bajado bastante el narcomenudeo, pero no en su totalidad. Se retiran pero regresan, se dan la vuelta.

En la zona, integrantes del colectivo “Nos hacen falta” de maestros y estudiantes universitarios, organizaron una asamblea a micrófono abierto en donde los jóvenes que iban pasando tomaron la palabra para señalar que las medidas de la Rectoría de limitar la movilidad dentro del campus y enrejar algunas zonas, no está funcionando.

“Usualmente, en la tarde es cuando me encuentro a los narcos, siempre que paso me ofrecen. Yo nunca he comprado ni consumo, entonces es muy incómodo. Todos hemos visto a las unidades [de vigilancia] dando vueltas. Pasé por ahí y hablé a emergencias, otro día volví a pasar y estaba mucho más intenso [la presencia de vendedores de drogas]. Me molesta la indiferencia, les vale que nosotros estemos exponiéndonos a las armas de fuego”, dijo Ana Gabriela, de 20 años, estudiante de la Facultad de Ciencias.

Desde el acceso por Copilco hasta Los Bigotes, cerca de la estación CU del Metro, se observó a jóvenes con cigarrillos de marihuana.

Al conversar con jóvenes, dijeron sentirse preocupados por los hechos de violencia. Señalaron que si bien ya se sabía que existe venta de drogas en CU, situación que es conocida, lo que más les preocupa es que se haya descubierto la introducción de armas en el campus, puesto que para ellos eso implica que no están seguros.

Estudiantes de varias facultades convocaron a una marcha el próximo jueves a las 14:00 horas.

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