Año con año el número de casos registrados ante la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) crece. Hasta agosto de 2017, se registraron ante ella 11 mil víctimas. Hay casos reportados desde la década de los 50, pero oscilan sobre todo de 1968 a la fecha. La mayoría son mujeres y el principal delito es la desaparición.

El organismo que nació de un esfuerzo de la sociedad civil para generar una Ley General de Víctimas se concretó cuando el presidente Enrique Peña Nieto constituyó la CEAV, en 2014. Desde ese momento hasta ahora ha habido avances y retrocesos en cuanto a la atención.

Jaime Rochín, comisionado ejecutivo desde marzo de este año hasta marzo de 2020, nos explica cuál es el panorama de las víctimas en México.

Una de cada tres víctimas que están registradas ante la CEAV es por desaparición...

—Sí. Nuestras víctimas, directas e indirectas, en una altísima proporción, son desaparecidas. Sí es una tercera parte. Es fundamental que las entidades federativas asuman la responsabilidad que tienen en el tema de desaparición y en general de los delitos, porque es responsabilidad inmediata de ellos. Nosotros tenemos una facultad de atención y de atracción de algunos casos con algunas condiciones. Sería impensable que la comisión pudiera atender todos los casos. Este año vamos a terminar con 80 abogados en la comisión. Si se trata de acompañarles en sus procesos, sólo estamos hablando de desaparecidos, faltan secuestro, homicidios, trata de personas. ¿Cómo puedes acompañar realmente los casos jurídicamente, los casos de víctimas, cuando tienes un número enorme?

¿Cuántos abogados necesitan para funcionar?

—El doble por lo menos, alrededor de 150.

La violencia en nuestro país no parece disminuir. ¿Cómo atender a las víctimas que hay día con día?

—En cualquier otro país, las leyes de víctimas tienen una limitación por tiempo y por espacio. Son los hechos de tales años a tales años. Aquí no. Tenemos víctimas de por lo menos 50 años. Del 68. Hace poco me tocó una víctima de los 50. Fundamentalmente tenemos víctimas de 1968 para acá. Y siguen creciendo. No sólo eso, sino que el crecimiento es potencializado. Repito, mientras las autoridades estatales no asuman la obligación de crear una Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, eso va a ser imposible. Creo que deberíamos trabajar como Estado mexicano en darle la importancia al tema. No es un tema de la CEAV sino de todo el Estado. Empezar a trabajar en serio en la prevención del delito y en materia de derechos humanos. Lo que sí podría cambiar la realidad, lo digo con pleno consentimiento, es vencer la impunidad. ¿Por qué se siguen cometiendo tantos delitos, tantas desapariciones, tantos homicidios, trata de personas?, porque la opción para la persona que comete el delito es que el riesgo de ser sancionado es mínimo, es menor a 5%.

¿Existe el riesgo de normalización de las víctimas en México?

—Es dolorosísimo, pero en México no es noticia una desaparición. Es terrible. No podemos acostumbrarnos a esta realidad. Tenemos que mostrarla, visibilizarla en toda su crudeza y hacernos sensibles. ¿Por qué no somos sensibles como Estado mexicano y sociedad frente a las miles de víctimas que tenemos todos los días? El Estado como tal no se abre, no se solidariza con esas víctimas, la sociedad tampoco. Tenemos que hacerlo visible y buscar esa visión de Estado. Que nos hagamos todos responsables de lo que está sucediendo. Que no haga falta que nos llegue a nosotros. Que veamos el dolor y como Estado salgamos a acompañarlo y llevarlo. Es el gran tema del Estado mexicano. Esa es la gran deuda, no sólo de este sexenio, no quisiera que se enfocara en un sexenio. Es un tema que viene aumentando como bola de nieve durante los últimos 30 años.

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