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La estrategia en materia de seguridad en el país no ha fallado, por el contrario, ha tenido buenos resultados, afirma el comisionado General de la Policía Federal, Manelich Castilla Craviotto. El funcionario va más a fondo de la situación: se debe poner sobre la mesa lo que se está haciendo como sociedad.

“Sería un fracaso si no tuviéramos a los delincuentes que se encuentran hoy procesados y otros sentenciados; sería fracasar no haber tenido el personal disponible para atender las catástrofes  que nos tocó atender. Lo demás merece analizarse y valorarse sin apasionamientos y sin usar a la seguridad como una estrategia para demeritar”, enfatiza.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el mando de la Policía Federal comenta que si bien lo deseable es tener más elementos, prefiere continuar con el estado de fuerza actual, con buenos perfiles, en lugar de crecer de manera desordenada. En el supuesto de contar con una división de inteligencia, independiente de la división con la que cuentan, subraya que no es la alternativa y que lo mejor es fortalecer la que tiene.

Resalta la necesidad del Mando Único y pide a los que no están de acuerdo con esa iniciativa “no casarse con ideas añejas, por ejemplo, que el Mando Único es una cortina de humo”. Espera entrarle al tema sin coyunturas políticas.

Menciona los delitos cometidos en el ciberespacio. Temas como la explotación sexual infantil y trata de personas son algunos de los que abordará con toda la seriedad que merece el próximo lunes, durante la Primera Cumbre Hemisférica sobre trata de personas que contará con expertos internacionales.

Octubre es el mes más violento registrado en los últimos 20 años. ¿Está fracasando la estrategia en materia de seguridad?

—Pasan muchas cosas que tendrían que estudiarse. Una estrategia de seguridad no es a veces el reflejo de lo que está sucediendo. Estamos en un momento en el que la sobreinformación y la adopción de ciertos modelos o patrones de comportamiento se establecen con una velocidad impresionante. Hay valores tergiversados que permean en ciertos ámbitos sociales y que influyen en el comportamiento de las personas.

La cultura es lo más rico que puede tener un país; si se fragmenta, dando como pie subculturas, los patrones de comportamiento se modifican. Dentro de esto, la subcultura criminal obedece a veces a coyunturas que no necesariamente reflejan una estrategia fallida, sino que simplemente están reflejando un momento distinto de aquel en el que se trazó el rumbo para los esfuerzos de los gobiernos.

La fragmentación criminal es una amenaza en cualquier lugar. Hay ciertos países en los que estas manifestaciones de violencia no se presentan porque hay grupos hegemónicos. La estrategia como tal ha traído buenos resultados en México, tenemos detenidos a criminales gracias a una estrategia que funcionó, delincuentes a los que hace algunos años parecía imposible detener.

Eso también se tiene que poner sobre la mesa. No podemos cargar la responsabilidad completa a las instancias de seguridad sin hacer una autocrítica de qué estamos haciendo como sociedad para favorecer estas conductas delictivas.

“No hacemos política”

¿Entonces la política de seguridad no ha fallado?

—No. Tenemos resultados, sería un fracaso si no tuviéramos a los delincuentes que se encuentran hoy procesados y otros sentenciados; sería fracasar que las encuestas de la institución más seria en la medición de los indicadores en el país nos estuvieran reprobando.

Sería fracasar no haber tenido el personal disponible para atender las catástrofes que nos tocó atender. Lo demás merece analizarse y valorarse, sin apasionamientos y sin usar a la seguridad como una estrategia para demeritar otros ámbitos; a nosotros no nos corresponde hacer política.

Su estado de fuerza es aproximadamente de 40 mil elementos, ¿cuántos más les faltan?

—Primero tendríamos que decir cuántos policías tenemos en los tres órdenes de gobierno en todo el país. Según el Inegi, hay entre 400 mil y 450 mil para atender la demanda de más de 120 millones de mexicanos. Creo que no es un tema de números, sino de capacidades.

En un modelo moderno, un policía debe ser capaz de modificar entornos, tener liderazgo, capacitación, estudios y ser confiable. Un agente confiable puede hacer el trabajo de mil 500 oficiales dedicados a perseguir delincuentes. El que aspira a ejercer liderazgo en ciertas zonas genera más condiciones de seguridad, que a veces el despliegue de cientos.

La Policía Federal debe tener verdaderos expertos en seguridad, de manera integral, que entre otras cosas dominen la función policial.

En el fondo, el debate es cómo están los policías, si tienen capacidades, son confiables y tienen estudios. Si no fortalecemos a los estados, el esfuerzo se va a quedar como aislado. La misma capacidad de resolver problemas de un policía federal la debe tener un elemento estatal.

Mejores agentes

¿No requiere más policías?

—Se requieren mejores policías. Sería ideal crecer, pero no desordenadamente porque en algún momento se quiso crecer desproporcionalmente.  ¿Prefiero sacrificar perfiles?, absolutamente, prefiero mejores perfiles, que muchos policías”.

Debemos crecer, claro. No es verdad que no hayamos crecido, se constituyó una nueva división de la Policía Federal, la Gendarmería, que a pesar de las críticas de algunos que se quedaron con la idea de algo que iba a ser y ya no fue, podemos decir que tiene la aceptación de siete de cada 10 mexicanos. Entonces, yo pienso que se equivocan los que opinan que no crecimos.

¿Descentralizar la Policía Federal de la Secretaría de Gobernación es algo necesario?

—Lo que es necesario es estudiar la propuesta con responsabilidad, no dejarnos llevar por estridencias o discursos dados en coyunturas que no obedecen a un análisis profundo. Me gustaría primero reconocer que la Policía Federal ha trabajado con todas sus capacidades, con un trabajo intenso que refleja a una institución con vida propia y que continuará así porque las mujeres y hombres que la conforman tienen vocación.

Siempre hemos estado dispuestos a ver mejores alternativas. Como policías, nos corresponde obedecer y responder a lo que la estructura normativa nos instruya, no decidir a qué instancia pertenecer o no.

“Sin ideas vetustas”

¿Falta compromiso de los estados y municipios con sus policías?

—Falta que se adentren al conocimiento de lo que podría cambiar respaldando propuestas como el Mando Unico. No casarse con ideas vetustas y añejas, por ejemplo, que el Mando Único es una cortina de humo para que alguien o muy pocos se hagan del poder de la policía a nivel nacional, hay que rebasar esas falsas percepciones. La seguridad es una idea práctica a la que hay que entrarle con mucha responsabilidad, no con ligereza ni coyunturas políticas.

¿Se requiere crear una policía de inteligencia para combatir los delitos que aquejan a la sociedad?

—No creo que sea una alternativa. Tenemos capacidades probadas en materia de inteligencia, investigación y persecución del delito. Contamos con una Policía Federal con resultados. La Agencia de Investigación Criminal hace un buen trabajo en la Procuraduría General de la República. Creemos que debemos avanzar más. Un policía debe dedicar gran parte de su tiempo a estudiar y comprender cómo se está moviendo el crimen.

Más que crear una nueva policía, hay que fortalecer la que tenemos.

¿Cómo ha participado la Policía Federal en la captura de algunos de los 122 objetivos prioritarios?

—Hoy cada uno de esos objetivos se trabaja de manera conjunta con las instancias del gobierno. Siempre está presente la coordinación entre Fuerzas Armadas, Policía Federal y PGR; se ha dejado de manifiesto en los anuncios de las capturas el trabajo que realizó cada una de las dependencias. A veces el trabajo operativo lo encabeza una instancia, pero la coordinación ha sido la clave. La Policía Federal ha participado en todas las capturas en lo que le ha correspondido y reconocemos el gran trabajo de las Fuerzas Armadas, en casos concretos, la punta de la investigación.

Buena actuación cibernética

¿Qué resultados han tenido con la Policía Cibernética?

—La Policía Cibernética es un área de la División Científica de la Policía Federal. Los grandes resultados que se han dado se han logrado con trabajo transversal. Ha logrado repeler más de 200 mil ataques contabilizados de 2012 al cierre de octubre [pasado], que van desde usurpación de identidades hasta ataques dirigidos a sitios públicos o privados, tendientes a vulnerar la información.

Es una modalidad que deja anualmente alrededor de 450 mil millones de dólares de pérdidas en el mundo. La División Científica ha trabajado en identificar sitios falsos y neutralizarlos. Hoy es una herramienta fundamental para la detección de conductas como la explotación sexual infantil, la trata de personas y otras amenazas en el ciberespacio con graves consecuencias en la vida real.

Son 450 mil millones de pérdidas en el mundo, ¿pero en México?

—El dato concreto tendría que valorarse porque esas afectaciones, hay que decirlo, a veces se generan en un país, pero tienen una repercusión en otro. El dato es global, así se maneja. No tenemos por ahora una medición exacta por la complejidad de los delitos cometidos en internet.

¿Estos ataques son realizados por organizaciones transnacionales?

—Sin duda alguna. La ventaja que ofrece la red a los grupos criminales es que se transita de un servidor a otro en microsegundos. La información que se genera en un punto es susceptible de impactar en diferentes partes. Es la complejidad de la red.

¿Qué sucede con la trata de personas en estos sitios?

—Se han identificado redes que utilizan la red para enganchar a sus víctimas, las traen con engaños de un punto a otro y con falsas promesas de empleo con las que abren la puerta a toda una serie de conductas.

La siguiente semana tendremos la cumbre internacional en la materia, organizada por la Policía Federal, a través de la Comunidad de Policías de América (Ameripol) y del gobierno de Estados Unidos. Participarán expertos de todo el mundo y las víctimas expondrán sus vivencias para que las autoridades tengamos información útil y actual. Es fundamental que México esté a la vanguardia y queremos, al finalizar la cumbre, que podamos hacer una declaratoria que tenga un alcance global.

¿La pornografía infantil?

—Es parte de lo mismo. La cibercriminalidad ha abierto la posibilidad de que delitos como la explotación sexual infantil tengan una facilidad para concretar el lucrativo y deleznable negocio que debemos combatir. Detectar la distribución y la generación de contenidos es una de las tareas fundamentales de quienes se dedican al patrullaje virtual.

Hemos tenido casos en Baja California Sur, Guanajuato, Quintana Roo y la Ciudad de México. Está comenzando a construirse una red nacional y se están homologando los criterios para combatir los delitos en el ciberespacio. Así como se tienen unidades especializadas en el combate al secuestro, buscamos que haya grupos para tener criterios que permitan ser más eficaces en contra de la cibercriminalidad. No podemos aspirar al éxito si no tenemos coordinación con los estados.

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