Washington.— El gobierno de Estados Unidos realizó un cerco a la dirigencia del Cártel de Sinaloa desde mucho antes de que Chicago declarara a Joaquín Guzmán Loera como su enemigo público número uno; de que El Chapo escapara por segunda vez de un penal de máxima seguridad en México y de que fuera extraditado a Nueva York.

Hoy ese gobierno tiene en sus prisiones a 18 de los más cercanos colaboradores de Guzmán Loera, y algunos estarían dispuestos a cooperar con las autoridades en el juicio que se sigue contra el capo de Sinaloa.

“Desde hace más de una década las autoridades federales de EU han investigado sin descanso las actividades criminales [del Cártel de Sinaloa]”, aseguró hace 18 meses el entonces procurador Robert Capers, encargado del proceso de extradición del narcotraficante.

Hoy se cumplen tres años del escape de Guzmán Loera del penal de El Altiplano, en el Estado de México, a través de un túnel de 1.5 kilómetros. Esa noche, a las 20:52 horas, El Chapo fue visto por última vez en las cámaras de seguridad. Recorrió un túnel que lo llevó a una casa en donde sus cómplices lo esperaban para tras- ladarlo a su natal Sinaloa. Allá permaneció hasta el 8 de enero de 2016, cuando fue capturado por tercera ocasión por autoridades mexicanas.

Durante ese tiempo, las cortes estadounidenses se llenaron de acusaciones contra presuntos miembros del cártel, y las cárceles, de sospechosos de haber pertenecido a la organización. Ahora, muchos de ellos serán clave para el juicio contra El Chapo.

Un cálculo rápido pone la cifra en decenas, de todos los rangos y con todo tipo de acusaciones y delitos. En los últimos años se han acumulado las operaciones contra el Cártel de Sinaloa: Xcellerator o Narco Polo acabaron con centenares de arrestos y acusaciones a figuras relacionadas con el grupo de El Chapo.

El más destacado de entre los socios del capo, que están entre las rejas, es el último que ha pisado territorio estadounidense: el viernes 6 de julio sorprendía la extradición de Dámaso López Núñez, El Licenciado, supuesto operador del cártel, compadre del capo, quien incluso luchó por el control de la organización tras la extradición de Guzmán Loera.

Su primera presentación ante el juez insinuó que busca, desde el primer momento, un acuerdo de culpabilidad con el gobierno para reducir su condena a cambio de colaborar en contra de El Chapo.

La mayoría de los nombres relacionados con el cártel que han sido detenidos en EU se han declarado culpables. El caso más claro es el del hijo de El Licenciado, Dámaso López Serrano, El Mini Lic, quien, tras entregarse en la frontera hace un año, espera resolución para noviembre.

Algunos tardan más en asumir los delitos que se les atribuyen. Muchos están posponiendo sus juicios o audiencias de sentencia a la espera de cómo evoluciona el caso de El Chapo. Convertirse en testigos clave del juicio contra el que es considerado el más grande narcotraficante de México puede darles margen de maniobra en las negociaciones y facilitarles una rebaja de condena por colaboración.

El que está colaborando desde 2013, de forma pública y notoria, es Vicente El Vicentillo Zambada Niebla, hijo de Ismael Mayo Zambada —considerado el actual líder del cártel—. Su hermano, Serafín Zambada Ortiz, de quien se desconoce el paradero, habría llegado al mismo acuerdo, y se rumora que entró en el programa de testigos protegidos.

También están tras las rejas algunos de los encargados de la expansión internacional del cártel: Rafael Humberto Celaya Valenzuela y Jesús Manuel Gutiérrez Guzmán (este último, primo de El Chapo), quien cumple 15 años de cárcel tras su detención en España en 2012. Otros de sus familiares también están en prisión: el consuegro y principal encargado de lavar dinero para el cártel, Víctor Manuel Félix-Félix, alias El Señor, está encarcelado en California desde su extradición en diciembre de 2017. También hay varios personajes externos al núcleo duro del cártel; por ejemplo, están los gemelos Flores, Margarito y Pedro, quienes llegaron a ser los distribuidores de cocaína y metanfetaminas sinaloenses en Chicago. Ambos cumplen condena de 14 años tras aceptar su culpabilidad.

Será también importante ver el papel que juegan contra El Chapo ex socios y actuales rivales como Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo, o Édgar Valdez Villarreal, La Barbie.

La lista la completan personajes de la órbita del cártel y figuras externas de varias nacionalidades con vínculos al grupo delictivo, especialmente en la distribución.

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