Señor director:

En relación con la información aparecida en la columna Historias de Reportero del periodista Carlos Loret, el pasado lunes 16, acerca de la industria atunera y el archipiélago Revillagigedo, nos permitimos hacerle llegar nuestras consideraciones a su respetable medio.

Nuestra industria es líder en sustentabilidad y protección al medio ambiente en México y a nivel mundial. Rechazamos firmemente cualquier señalamiento en sentido contrario.

Como prueba de esto, el mes pasado recibimos la certificación de mayor prestigio en sustentabilidad para pesquerías de captura silvestre, otorgada por el Marine Stewardship Council (MSC), lo cual nos hace parte del 12% del reducido grupo de pesquerías a nivel mundial que han logrado cumplir con este estándar.

Previamente, en diciembre de 2016, fuimos reconocidos durante la COP del Convenio sobre Diversidad Biológica por nuestro desempeño destacado en la protección de la biodiversidad. Además, participamos en el galardonado Programa Internacional para la Conservación de los Delfines, que fue calificado como un “éxito ecológico sin precedentes” por las Naciones Unidas.

Nuestro método de pesca es ecológicamente uno de los más selectivos del mundo, porque se enfoca principalmente en capturar atún maduro y logra obtener una de las tasas más bajas de pesca incidental que cualquier otra pesquería comercial de atún. Además, somos el único grupo de compañías que se han retirado voluntariamente de la pesca de una especie amenazada, atún aleta azul del Pacífico Norte.

Nuestro objetivo es proteger el océano, es nuestra forma de vida y el sustento para las más de 30 mil familias mexicanas que trabajan directa e indirectamente con nosotros en los puertos de Manzanillo, Mazatlán y Puerto Chiapas, y que además realizan una labor para desarrollar una de las fuentes de proteína altamente nutritiva, saludable y accesible para la población.

No existen "subsidios escondidos” que supuestamente son alineados por la Conapesca para beneficiar a algunos empresarios atuneros, en realidad es un apoyo al precio del diésel totalmente público y transparente que otorga el Gobierno Federal a la pesca. Este tipo de apoyos son como los de cualquier otra actividad primaria y que tiene un impacto inmediato en los bolsillos de millones de mexicanos porque pasa al precio del consumidor. Prueba de esto es que una lata de atún en otros países de Latinoamérica y del mundo es más de dos veces más cara que en México.

El no tener el subsidio impactaría la canasta básica de los mexicanos con consecuencias lamentables para la nutrición de las familias que dependen del atún como la fuente de proteína más accesible.

Sobre el tema de Revillagigedo, estamos de acuerdo en mantener el Área Protegida, "Reserva de la Biósfera" según lo establecido por la UNESCO, sin embargo no apoyamos su conversión a parque nacional por diversas razones transparentes y legítimas.

Nosotros apoyamos las soluciones de conservación basadas en criterios científicos y lideradas por mexicanos.

La decisión de convertir el archipiélago en un parque nacional no está basada en ciencia, sino en información incorrecta, incluso fabricada. Los estudios económicos hechos por un equipo de “biólogos” basado en EEUU (no calificados para determinar el impacto económico) no fueron proporcionados al público. Por ejemplo, esta decisión afecta de un 20% de nuestra pesca en aguas nacionales, equivalente a un promedio anual de 10 mil toneladas métricas de atún, lo que equivale a un 8% de la pesca total de la flota mexicana.

No hay siquiera mención de los empleos que se perderían como resultado de esta decisión, no solo en la industria del atún, sino de diversos sectores pesqueros que pescan en el área y que son determinantes para generar empleos honestos y seguros en regiones vulnerables y necesitadas de trabajo.

Exigimos transparencia en el proceso de toma de decisiones sobre Revillagigedo.

Merecemos saber cuál es el origen de los recursos que financiaron la iniciativa. Merecemos comprender el impacto económico real de esta decisión. Nosotros, como mexicanos, nos merecemos un proceso de toma de decisiones basado en ciencia, transparente y honesto que realmente conlleve a resultados de conservación que sean de beneficio para México.

Nuestras empresas son sustentables, y apoyamos las soluciones de conservación basadas en criterios científicos que consideren el impacto ambiental y económico en el país a largo plazo. Nos oponemos rotundamente a una decisión que pone en riesgo a la economía regional y que muestra indicios de que en realidad busca apoyar intereses extranjeros y políticos y no necesariamente de conservación.

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