“Escogimos la Estela de Luz porque fue [Felipe] Calderón quien llevó a las calles al Ejército; [Enrique] Peña labró esa vía y [Andrés Manuel] López [Obrador] la consolidó en la Constitución”.

Desplegar la manta en contra de la militarización de México sobre la Estela de Luz parecía una tarea imposible para las buscadoras del colectivo Hasta Encontrarte, pero lograrlo, más allá de ser una protesta, resultó una ofrenda a la memoria de sus familiares desaparecidos.

Los valientes —como ella llama a las personas que escalaron y que prefiere mantener su identidad en el anonimato—, se prepararon desde hace seis meses para subir. Estudiaron los protocolos de seguridad, pros y contras, y llevaron medicina, previsiones y las herramientas necesarias para su seguridad.

La activista asegura que eligieron la Estela de Luz porque fue Felipe Calderón quien durante su sexenio llevó por primera vez al Ejército a las calles en la llamada guerra contra el narcotráfico que dio inicio a la crisis de desaparecidos.

“Después, las víctimas pasamos por el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien labró esta ruta sin importarle que el resultado aún dejara más muertos y desaparecidos. Finalmente, este gobierno, junto con sus afines en el Senado y Congreso, consolidarán hipócritamente esta violación a los derechos humanos”, dice en entrevista con EL UNIVERSAL.

Así, desde las cuatro y media de la mañana, las buscadoras se congregaron bajo el monumento para dar inicio a la protesta. Dos horas después, formaron una valla humana para que la policía no detuviera el ascenso de los valientes.

“Nunca estuvieron en peligro, como aseguró la Cruz Roja, estuvimos en comunicación con ellos todo el tiempo, pero las autoridades de seguridad no nos creyeron y querían corroborarlo, así que acordamos que subieran. No hubo ningún rescate como lo indica su versión”, detalla la líder.

Tras seis horas de escalar, llegaron. Tenían planeado liberar la manta a las dos, pero por seguridad, se tomaron el tiempo y por fortuna coincidió con el Grito de Independencia en Palacio Nacional.

Cuenta que al desplegar la manta gritó con todas sus fuerzas al recordar a su hermano, quien desapareció a manos de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el huachicoleo en Guanajuato.

Pasaron la noche en vela, con frío, pero cobijadas por el apoyo de solidarios que les ofrecieron alimento y compañía, “después nuestra manta fue arrancada con hipocresía, indolencia y deshumanidad”, indica.

Posteriormente, los valientes bajaron de forma segura, sin ayuda de la Cruz Roja o Protección Civil, como informó el gobierno local. Aunque se encuentran llenas de rabia por el retiro de la manta, las madres encontraron consuelo en la viralización del hecho en redes sociales.

“Ni arrancando la manta, ni con años de discursos podrán tapar la realidad de los desaparecidos y de las víctimas de feminicidio y homicidio que llenan de sangre las manos de este gobierno”, sostiene Bibiana.

Ni ella, ni las buscadoras tienen miedo a las represalias, pero sí ante la posibilidad de que en futuras intervenciones el Ejército las reprima de forma grave.

Piden el derecho de réplica en una reunión con el Ejecutivo federal: “Le queremos decir a la cara que él sabe que su estrategia no va a funcionar, sólo derivará en más muertes, violencia y desaparecidos. Quitar nuestra lona fue un capricho que reprobó porque las víctimas seguiremos haciendo frente hasta encontrar a nuestros desaparecidos”.

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