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El PRD aprobó ayer, en medio de varios conatos de violencia, la ruta para su “reconstrucción” con la desaparición de las corrientes de su nuevo estatuto, la creación de una nueva dirección nacional cuasi plenipotenciaria, y la convocatoria al Congreso Nacional el 2 y 3 de marzo de 2019, para reformar su ideario hacia una eventual conversión en otra fuerza.

El plan incluye elecciones internas el 28 de abril de 2019, que podrán ser directas o indirectas, y se solicitará el apoyo del Instituto Nacional Electoral (INE) para su organización.

Así concluyó ayer el 15 Congreso Nacional Extraordinario del PRD, con el rechazo del llamado “Bloque Alternativo”, integrado por miembros de todas las corrientes, quienes anunciaron que impugnarán la plenaria y sus acuerdos, por ilegales, ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Entre ellos, el que abrogó los estatutos del PRD para aprobar nuevos, en los que eliminó toda referencia a las corrientes, pero que finalmente quedarán representadas, al crearse, en lugar del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) —que quedó disuelto— una Dirección Nacional Extraordinaria de cinco integrantes, todos activistas de las tribus de ese partido, quienes asumirán el 10 de diciembre.

Estos nuevos dirigentes son: Ángel Ávila, de Nueva Izquierda —y aún presidente en funciones, hasta el 9 de diciembre—; Fernando Belaunzarán, de Galileos; Karen Quiroga, de Vanguardia Progresista; Adriana Díaz, de Alternativa Democrática Nacional (ADN), y Esthepany Santiago, de Foro Nuevo Sol, todos trabajarán de forma honoraria, sin retribución.

La nueva dirección contará también con el representante ante el INE y el presidente del Consejo Nacional, pero ambos sin voto, y en conjunto tendrán facultades para decidir candidatos a cargos federales y locales, convenios de coalición y frentes electorales, auxiliados de un consejo consultivo permanente de política estratégica, en el que podrán participar académicos y “personalidades”.

Esa será una dirección provisional que opere durante la “refundación” o bien, la conversión del PRD en una fuerza socialdemócrata, y no un partido de izquierda, como marcan actualmente sus documentos básicos, mismos que serán reformados el 2 y 3 de marzo de 2019, en Congreso.

Con este nuevo diseño, el PRD se declaró listo para analizar cómo sobrevivir tras los comicios del 1 de julio, en los que casi pierde el registro.

En este panorama, ayer el diputado federal, Héctor Serrano, renunció al partido en el que militó por 15 años. Mediante una carta dirigida a Ángel Ávila Romero, presidente nacional del partido, Serrano Cortés expresó que su renuncia al sol azteca es “en congruencia con lo que he venido manifestando públicamente desde hace más de tres años; es tiempo de dar mayor espacio a nuevos y jóvenes liderazgos”.

Seguirá rebelión. El desorden y los conatos de violencia en la plenaria del Congreso comenzaron el primer día, con la toma de tribuna al inicio de la instalación de la mesa de estatutos y protagonizada por integrantes del “Bloque Alternativo”.

Este domingo, éstos no pudieron evitar la aprobación del nuevo estatuto perredista, avalado de manera exprés en cinco minutos sin debate, lista de oradores, ni argumentos.

Por eso, al término, integrantes del CEN de distintas expresiones, presidentes municipales, diputados y ex diputados refrendaron que impugnarán lo avalado por el Congreso del PRD ante el tribunal electoral.

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