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Académicos y especialistas advirtieron que, ante la nueva realidad social y tecnológica del país, la comunicación política de instituciones, gobiernos, dependencias o candidatos a puestos de elección popular no debe quedar en manos de improvisados o políticos, sino en la de profesionales, y pasar de la ocurrencia errática a la planeación estratégica de los mensajes.

Anoche, al presentar el libro Comunicación política 2.1. Modelo para armar, editado por la UNAM y la Editora Periodística y Análisis de Contenido, los ex voceros presidenciales José Carreño Carlón y Rubén Aguilar enfatizaron la necesidad de que los comunicadores profesionales formen parte de las tareas de comunicación desde la planeación.

La obra, detallaron en la librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica, presenta la comunicación política en tres pasos: planeación, operación y evaluación, donde Felipe Chao Ebergenyi, Juan María Naveja y Sergio Anzaldo Baeza desgranan, respectivamente, cada etapa.

Carreño Carlón, director del Fondo de Cultura Económica, advirtió que este libro, “lleno de fortalezas”, es una invitación a la reflexión sobre un tema tan actual y sensible para el debate público mexicano. Enfatizó que se trata de una obra no apta para quienes busquen recetarios, sino para la reflexión y recreación de propuestas.

Ante periodistas, escritores y comunicadores sociales, el vocero de la gestión de Carlos Salinas analizó cada uno de los tres grandes textos que integran este libro y advirtió que las redes sociales son los nuevos campos de batalla política y que cualquier plan estratégico que no empiece por el receptor estará destinado al fracaso.

Consideró que se trata de una obra para fomentar la creatividad de los electores y comunicadores profesionales que se acerquen a sus páginas. Coincidió con los autores en el sentido de que los comunicadores no se deben excluir de las etapas de preparación y planeación del mensaje y dejarlo sólo como operador.

Chao Ebergenyi soltó: “Ante la complejidad en que estamos inmersos, lo cierto es que el oficio en materia de comunicación política no es y no puede ser una profesión para improvisados”.

Subrayó que ante la creciente complejidad social, el vertiginoso desarrollo tecnológico y versatilidad y variedad de los medios de comunicación y las redes sociales exige una mayor profesionalización en el diseño, operación y evaluación de las estrategias de comunicación.

A nombre de los autores, Chao Ebergenyi asentó que las decisiones en materia de comunicación política no se pueden dejar a la inspiración o al instinto, sino que se precisa recurrir a nuevos instrumentos y metodologías que permitan desarrollar mensajes, documentos y proyectos con posibilidades de éxito en un marco democrático.

“Hoy más que nunca, la comunicación política se mueve en el espacio del caos, el riesgo, el azar y la incertidumbre, por lo que ya no puede ser limitada la relación entre gobernantes y gobernados al intercambio de símbolos y mensajes, sino que aplica a todo autor, político, económico social, que pretenda hacer un proyecto dominante”, estableció.

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