juan.arvizu@eluniversal.com.mx

La batalla política en el Senado por la FEPADE transcurre por segundo día contra el tiempo que es inexorable, y tiene como límite la próxima semana para que este órgano del Estado objete o no la destitución, nada menos que del fiscal electoral, en pleno proceso de 2018.

Los coordinadores se han tratado en público y en privado con dureza, un estilo de antipolítica ajeno a lo que en las canchas parlamentarias suele lucirse con suavidad, inteligencia, ingenio. Eso quedó en el baúl de los recuerdos.

El martes, la oposición reventó la sesión en la que se iba a calificar la destitución del ex fiscal Santiago Nieto Castillo, aun cuando el PRI tenía seis integrantes menos, sin los cuales hubiera perdido la votación del procedimiento acordado por la Jucopo, donde PRI y PVEM tienen décimas de voto de ventaja.

A fuerza de tomar la tribuna, el Senado quedó paralizado. Y ayer se generó la expectativa de otra toma “cantada” desde la tarde anterior. Y dieron las 12:00 horas, hora a la que fue convocado el pleno a sesión.

Lo que el martes fue la tribuna como terreno de la disputa, ayer lo fue el tablero electrónico, en su modalidad de registro de asistencia. Los legisladores están en sus cuarteles, a la espera de cualquier indicación de sus coordinadores.

Sólo hay 45 senadores. Segundo día perdido en la perspectiva del afán de que el Senado resuelva objetar. Hasta el 3 de noviembre, los trabajos están suspendidos.

Sobre la suerte de la Ley de Ingresos, cuyo estudio y dictamen debió empezar a discutirse el martes, nadie la sabe.

El presidente del Senado, Ernesto Cordero Arroyo (PAN) ha citado a sesión, este jueves, y lamenta la falta de quórum. Afuera, en el patio del Federalismo, se reúnen panistas, perredistas, con buen talante. Sonríen. Están relajados.

Luis Sánchez (PRD) dice que el PRI tuvo la estrategia de hacer el vacío, que con todos sus votos, los del verde y “el independiente [Manuel] Cárdenas, hubieran dado 63 votos”.

El cuartel priísta está blindado. Ahí, el coordinador habla con otros 54 integrantes de la bancada. Pasa el tiempo, abren las puertas, entran los periodistas a conferencia. Ellos, serios, codo a codo, al lado y atrás de Emilio Gamboa Patrón forman cuatro filas.

Gamboa Patrón por segundo día deja para después el lenguaje suave, y reprocha que la oposición asuma una actitud de reventar las actividades legislativas del Senado. Es tiempo de guerra, y así lo muestra el priísta que alza la voz: “¡No nos vamos a dejar chantajear!”, grita, de hecho.

Día tenso, de vientos helados en el patio principal. Día de expectativas, de escenarios incumplidos. En 38 segundos el presidente Cordero abrió y cerró la sesión y citó para la que sigue. Quién lo diría.

Día, eso sí, de ataques bajos, como ese decir que se abrió “el mercado de los votos” del caso FEPADE, y su correspondiente rechazo airado de que no se ofenda con que los senadores venden su voto. Eso, dicen, denigra. Y en eso va esta batalla, en balas perdidas de lodo, ahora, cuando la gente está harta de los políticos.

Google News

Noticias según tus intereses