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Al asumir el cargo de presidenta nacional del PRI para concluir el periodo 2015-2019, Claudia Ruiz Massieu emitió una enérgica autocrítica al partido, en la que advirtió que la derrota en el pasado proceso electoral es responsabilidad de los priístas y anunció que comandará el inicio de “una reforma de fondo y forma” de este organismo político.

En el Auditorio Plutarco Elías Calles —donde escuchó críticas del diputado local Cristian Vargas contra “el entreguismo” del presidente Enrique Peña Nieto—, dijo que la derrota es producto de dejarse seducir por el poder, de su alejamiento de las bases, de las decisiones cupulares, por no denunciar la corrupción y dejar que “cínicos y abusivos” mancharan al partido.

Tras aceptar ante ex presidentes nacionales, líderes de sectores y legisladores que el PRI vive el momento más difícil en su historia al ser oposición al Ejecutivo y minoría en el Legislativo, anunció que en 60 días convocará a elección del nuevo secretario general del partido.

“Hay que decirlo, no supimos defender nuestro partido, nos olvidamos de nuestros orígenes”, dijo, y asentó que se dejaron seducir por el poder.

Afirmó que los priístas permitieron que otros se apropiaran de sus banderas, perdieron identidad y no alzaron la voz a tiempo “para denunciar y castigar la corrupción que se generó en nuestras propias filas.

“Dejamos que los cínicos y abusivos mancharan la imagen, lastimaran la reputación de millones de mujeres y hombres honrados, patriotas y trabajadores del PRI: los militantes que tocan la puerta y piden el voto por nosotros, los servidores públicos que trabajan incansablemente por México, los liderazgos sociales que son la cara del partido en cada rincón del país”, sentenció la presidenta nacional del PRI.

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