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Eduardo Robledo Rincón, veterano de la práctica política y de la academia de la Ciencia Política, dice que el proceso electoral 2018, con todos sus aspectos novedosos, es producto de la democratización de la sociedad y tiende a consolidar la democracia misma.

Señala que los candidatos a la Presidencia, “todos mencionan la importancia que tiene ampliar la vida democrática, perfeccionarla y en esto no hay ninguna duda; sin embargo, ninguno de ellos plantea un cambio de régimen” a un modelo que ya se agotó, coinciden estudiosos.

Eduardo Robledo Rincón, de sangre priísta, está retirado de la actividad partidaria,. es profesor de posgrado en Ciencia Política, ha sido diputado, senador, gobernador de Chiapas, embajador, secretario del gobierno federal. Su visión académica y su experiencia política las vuelca en servicios de consultoría a autoridades de los niveles municipal, estatal, así como a Congresos, entre otros más.

Entrevistado en su oficina, muestra La Democratización en México; ¿Cambio o evolución del Régimen?, un título que lleva el sello de la Universidad Complutense de Madrid y del Instituto de Derecho Parlamentario, que prologa José Woldenberg Karakowsky, y presenta Alfonso Fernández-Miranda Campoamor.

¿Cómo ve a los partidos políticos en esta contienda?

—Tienen una perspectiva de cómo ganar las elecciones, lo cual es la lucha por el acceso al poder, ante un electorado que quiere que la democracia les resuelva sus problemas hoy, no mañana.

¿Cómo ve el juego de los candidatos y sus ofertas?

—Este proceso electoral es particularmente especial, un candidato de tercera vez lo es de un partido que apenas llega a una elección presidencial; un partido que tiene más de 80 años, el candidato no es miembro de esa organización; dos fuerzas políticas que lucharon antagónicas muchos años, hoy postulan un mismo aspirante. Figuran independientes también. Ese espectro era impensable, no hace 50 años, hace 10 años.

¿Hay una inquietud por el desarrollo del proceso electoral tan diferente?

—Eso no es más que el proceso de democratización política de nuestra sociedad, y es muy demostrativo de cómo se va consolidando la democracia en nuestro país.

¿Las redes sociales son otro ingrediente nuevo?

—En 2006 había un millón de teléfonos inteligentes; en 2012, 10 millones, y ahora 100 millones de teléfonos y ocho de cada 10 se enteran de la cuestión electoral por la vía digital. La forma de comunicación cambió y jugará un papel fundamental.

El PRI, que era aplanadora, va en tercer lugar en las encuestas y el resultado es incierto...

—Es producto del proceso de democratización. Lo que tienen que hacer los partidos es actualizarse, transformarse. El PRI tiene que encontrar la forma de cómo atender esa necesidad de transformación para emparejarse a los cambios de la sociedad.

¿Perder hoy no es la muerte?

—Para empezar, no puedo dar por hecho de que pierda. Tiene que vincularse más con la sociedad, buscando obtener el voto externo.

¿Cómo ve a José Antonio Meade Kuribreña, candidato del PRI?

—Está haciendo un gran esfuerzo por incorporar su capacidad, su conocimiento, es su forma de atraer nuevos votantes al PRI.

¿Cómo exhorta usted a los candidatos a una propuesta de cambio de régimen?

—Primero tienen que ganar. Ojalá puedan incluir en su perspectiva una pregunta: Poder, ¿para qué?, ¿para qué lo quiero ? Para transformar a la sociedad se requiere que el poder sea producto de un liderazgo democrático.

¿Qué cambio de régimen propone usted?

—Propongo pasar a un régimen semipresidencial que tenga resueltas las acciones de acceso al poder y del ejercicio del mismo. Tengo la propuesta de que el paso de cambio de régimen se lleva a cabo a partir de un gran pacto social para la construcción de ciudadanía social en México.

¿Qué significa ese concepto?

—Los mexicanos tardamos 100 años, todo el siglo XIX, en construir la ciudadanía jurídica; todo el siglo XX, desde el sufragio efectivo a la alternancia, fue para construir la ciudadanía política, y el reto del siglo XXI es la construcción de la ciudadanía social, porque la mitad vive en la pobreza, marginación, casi la mitad de la población socialmente no son ciudadanos.

¿Hacia ello apunta el cambio de régimen?

—Yo planteo que uno semipresidencial con una nueva gobernanza, capaz de construir las bases de la nueva ciudadanía social que México necesita.

¿Cómo empezar ese acuerdo, por la vía de las armas?

—Ese nuevo pacto social lo que tiene que evitar es el camino de las armas. Ya hay antecedentes en Brasil, Chile, La Moncloa es el gran ejemplo. La política tiene que servir para lograr los grandes acuerdos nacionales.

Quienes coinciden que es necesario cambiar de régimen tienen que resolver las preguntas: ¿Por cuál? ¿cómo? ¿para qué?

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