La tarde del 22 de agosto de 1968, el entonces secretario de Gobernación (Segob), Luis Echeverría, ofreció a los jóvenes del movimiento estudiantil un diálogo franco y sereno, con ello a nombre del gobierno federal, afirmaba que se buscaba una pronta y eficaz solución a los conflictos que se habían presentado.

Invitaba no sólo a los estudiantes, sino también a los maestros de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de otros centros educativos involucrados en el movimiento, a expresar sus demandas de manera directa y a que formularan sugerencias para resolver de manera definitiva el conflicto.

En la edición de EL UNIVERSAL se publicó en la primera plana la postura de Luis Echeverría en la que afirmó: “Estimamos que un diálogo franco y sereno desembocará en el esclarecimiento de los orígenes y el desarrollo de este lamentable problema, muchos de cuyos aspectos todavía aparecen confusos o contradictorios”.

En el discurso que ofreció el entonces titular de la Segob, afirmaba que el gobierno había mostrado respeto a las manifestaciones estudiantiles ya que se desarrollaban de manera pacífica y ello contribuía a afirmar la atmósfera de libertar democrática que, según destacaba, estaban impresas en la Constitución.

Además, resaltaba la disposición del gobierno a examinar las propuestas en un diálogo directo con maestros y estudiantes para lograr unir las instituciones universitarias de la UNAM, Politécnico, demás planteles interesados y que de esta manera se pudiera concluir satisfactoriamente el año escolar.

En el comunicado, se dejó a consideración de la comunidad estudiantil a designar a los representantes para entablar la charla con el poder Ejecutivo; sin embargo, resaltaba la importancia de que los estudiantes actuaran a la hora de charlar, “sacrificando intereses parciales y enterrando pasiones ”.

Por último, cerraba recordando que el régimen constitucional que existía en ese momento era receptivo y dinámico que había ayudado a crear un orden social que permitía un acelerado desarrollo del país.

“A maestros y estudiantes como a los funcionarios públicos que servimos al pueblo directamente a consagrar nuestros mejores esfuerzos para los naturales problemas propios de nuestra naturaleza evolución y el crecimiento, no desborden la tranquilidad pública y sean resueltos por vías institucionales, de acuerdo con el compromiso que nos impone el hecho de vivir dentro de la libertad”, dijo Luis Echeverría a nombre del gobierno sobre el conflicto estudiantil.

lsm

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