Con desdén, la mayoría de Morena y sus aliados, deja casi sin tocar una "barra de alimentos" , en versión austera, y niega su anuencia a proseguir la sesión, la cual se levanta por mayoriteo de ellos, con el apetito satisfecho, al haber devorado escabeche de Chiquillada.

Morena se desenvuelve en el pleno como una fiera hambienta, en ese pleno acotado a raciones de agua y café, como expresión de un programa de austeridad que ya incomoda, sin que la minoría senatorial alcance a dar desplantes de rebeldía.

La sesión entra al análisis del último informe de Enrique Peña Nieto, en materia de Política Interior, la que representó el ahora senador Miguel Ángel Osorio Chong , ayer secretario de Gobernación.

Morena, PAN, PT, MC, PRD, destazan el tema, al que no le dejan parte sana, y es Félix Salgado Macedonio, quien sobre "Los 43", los normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, acusa: "Todos sabemos que fue el gobierno; el gobierno y la delincuencia son lo mismo; es el Estado". Y denuncia que el secretario de Gobernación de 2014, (Osorio, presente), "sabe qué pasó".

Miguel Ángel Osorio Chong reacciona en defensa propia. Hasta este momento, el Senado ha sido la feria de la austeridad; de #Tupperware Challenge, derivado en #Reto Termo, luego en una benigna "barra de alimentos", que comer bueno, poquito y barato para economía del erario.

Pero ya basta de trabajo ocioso, como han sido los días de casi ocho horas sin pausa en que no se aprueba ninguna ley o reforma, porque no se han instalado comisiones dictaminadoras. Y todos han estado bajo el yugo del voluntarismo de la mayoría que decide si la sesión sigue o acaba.

Osorio Chong se rebela. Quiere responder a quien fue llamado el Diputado Costales en la juventud y que ahora es un político embarnecido, preparado para batallas prolongadas.

Preside al pleno la senadora Mónica Fernández Balboa (Morena), quien consulta a la asamblea si se le concede el uso de la palabra para alusiones personales.

"Rechazo que se exprese usted sin elementos de mi persona y del Estado mexicano que está haciendo todo por resolver el problema",

Félix Salgado se queda con las ganas de abrir escaramuza con el priista. La presidenta Fernández Balboa los contiene: "No hay diálogos".

Adelante está un recodo en el que le toca al PRI resistir el asedio morenista, que prepara el terreno para aprobar otro punto de acuerdo, como el martes los diputados de su fuerza política lo hicieron en la Cámara de Diputados, a fin de que se cancele la evaluación educativa programada para noviembre.

José García Sepúlveda (Movimiento Ciudadano) ha pasado a la tribuna a donde fue sin agua. Y como si fuera algo espontáneo, mientras dice su discurso, pide: "¡Agua, por favor!".

Y del lado izquierdo del salón, la senadora Martha Lucía Micher Camarena (Morena), le lleva a la tribuna el agua en una botellita. "Senadora, muchas gracias, qué amable".

Estampa de la Cuarta Transformación, capítulo Austeridad Republicana. Luego sube Xóchitl Gálvez, con su termo traslúcido, al que le cabe un litro de agua, y deja de desechar cuatro botellitas de plástico. Y la opción la fascina.

Si en 2013, la reforma educativa se aprobó en escenarios de alta tensión y resistencia como nunca se vio de opositores en las calles de la Ciudad de México, ahora que tiene la mayoría, los oradores morenistas, petistas, tunden esas normas, y alzan la voz y sostienen: "la vamos a tirar, como dijo Casimiro Méndez Ortiz.

Aquello es nuevo. Tienen al PRI contra las cuerdas. Beatriz Paredes habla con mesura, propone que el punto de acuerdo que se debate de urgente resolución, vaya a la Junta de Coordinación Política y allá una comisión dialogue con el secretario de Educación.

Les habla claro a los que apenas pulsan el peso de su poder de mayoría: "A mi me parece indispensable no seguir tensando el ambiente, después del esfuerzo de todas las fuerzas políticas para respetar y construir civilizamente una transición".

Pero el mayoriteo viene imparable. Los discursos son de enjuiciamiento enérgico. El coordinador de Morena, Ricardo Monreal Ávila, cierra el torneo, aunque hay más oradores en lista, pero tienen el poder de ordenar y aproban que con él acabe el tema, en el que ha dicho: "No queremos engañarlos; si es necesario vamos a abrogar todo el contenido de la reforma educativa".

Ya pasan de las 16:00 horas, el hambre se espanta con la tensión del momento, una mayoría holgada, aplasta, devora a la chiquillada de PRI y PAN juntos.

La campana que acaba la sesión a las 16:18 horas, como en el boxeo, pone fin a la ofensiva sin piedad. Ha sido una mala tarde para los priistas, que representan al gobierno que se le desmorona la principal de sus reformas estructurales.

Es turno para comer, pero las charolas de tristes emparedados y chapatas y frutas en rebanadas y chicharrones para degustar con salsa Valentina se quedan en la cafeteria, donde a penas en agosto se comía delicioso.

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