Aunque el gobierno federal pagó 3 millones 451 mil 740 pesos para la realización de la prueba piloto PISA que aplica la OCDE, la Secretaría de Educación Pública (SEP), que conduce Leticia Ramírez Amaya, aún sigue sin iniciarla, de acuerdo con una solicitud de información de la Plataforma Nacional de Transparencia.

“La Secretaría de Educación Pública aún no realiza la aplicación de la prueba piloto”, señala la respuesta de la dependencia emitida a EL UNIVERSAL.

El pasado 26 de abril, el director de Educación y Competencias y asesor especial sobre Política Educativa del secretario general de la OCDE, Andreas Schleicher, urgió a la comisionada presidenta de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), Silvia Valle Tépatl, a que se continuara con los estudios necesarios para aplicar la prueba PISA en 2025, que, dijo, está en riesgo.

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“La participación de México en la próxima ronda, PISA 2025, está actualmente en riesgo, ya que tengo entendido que los preparativos necesarios para implementar el estudio se han suspendido”, señaló Schleicher.

Y destacó que “es fundamental que los preparativos para la prueba de campo comiencen en las próximas semanas y que ésta se lleve a cabo en alrededor de 50 escuelas a más tardar en septiembre de 2024”, fecha que coincide con el fin del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Para algunos especialistas consultados por EL UNIVERSAL, las próximas semanas son decisivas para que la SEP envíe a personal de la dependencia a capacitarse a París, Francia, para la aplicación de la evaluación internacional, elegir las 50 escuelas para aplicar la prueba y determinar si las preguntas y la prueba funcionan correctamente, entre otros.

“Todavía estamos a tiempo… aunque a contrarreloj. Creo que el problema es que las decisiones que se están tomando en la SEP no han sido las mejores, porque su titular debe aclarar su posición u ofrecer alternativas. Pero todo se puede realizar si existe voluntad política”, considera Fernando Ruiz, investigador del organismo civil Mexicanos Primero.

Asegura que el gobierno de la llamada cuarta transformación aún no ha tomado una decisión clara y contundente sobre la continuidad de la prueba PISA, por lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia tuvo que salir al paso para señalar que México seguirá participando en la evaluación internacional.

“Evidentemente fue porque no hubo respuesta por parte de la Secretaría de Educación Pública, que ahora tiene el reloj en contra y debe apurarse para hacer realidad la aplicación de la prueba. No solamente porque es un compromiso del gobierno federal, que ha pagado dinero por esa evaluación, sino que es una responsabilidad con los estudiantes del país”, menciona.

Ruiz explica que la prueba piloto de PISA “es un proceso técnico logístico muy importante porque en París, Francia, se capacita a los funcionarios educativos para poder, por una parte, manejar y aplicar la muestra que se construye en la OCDE, pero también tiene la parte técnica de formular las preguntas y que los ítems tengan sentido para los estudiantes y que no se produzca un error al momento de la evaluación”.

Detalla que “todas estas pruebas son un insumo fundamental para corregir las pruebas, si tienen alguno de estos tipos de problemas. Todo esto lo tiene que saber manejar el equipo que se va a encargar de la implementación, ya no sólo de la prueba piloto, sino ya de la prueba, de la aplicación real en 2025”.

Alejandra Luna Guzmán, académica de tiempo completo del Departamento de Educación de la Universidad Iberoamericana, comenta que el actual proceso electoral complica y retrasa la realización de la prueba de campo de PISA.

“Estamos en una época en la que diferentes instituciones están distraídas con el proceso electoral y con otros movimientos que están previendo en el interior de las instituciones, y eso podría retrasar todo lo que se necesita hacer para la preparación de la prueba piloto. Es superimportante que la SEP comience con ese proceso y que mande a su gente a capacitarse a París, para que le dé tiempo de llegar a hacer ese proceso de preparación en México”, dice.

La especialista agrega que empezar la prueba de campo de PISA pasadas las elecciones del 2 de junio sería un error porque sería tarde para la SEP.

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“Se tiene que tomar ya la decisión. Quizá si le dedican todo lo que resta de mayo para organizarla, para todo lo que es la selección de las personas que irían a París a capacitarse y elegir las 50 escuelas donde se aplicaría la prueba piloto, sí darían los tiempos. Pero si están esperando los resultados del 2 de junio para después de eso empezar a iniciar la prueba de campo, ya sería demasiado tarde”, explica.

Y deja en claro que es indispensable que se realice la prueba piloto para poder entrar a la evaluación de manera formal.

“El Presidente ya dijo en su conferencia que México participará en PISA, pero se tiene que actuar en consecuencia. No es nada más que se diga, sino que López Obrador gire todas las instrucciones necesarias para que la SEP se mueva y haga lo necesario”, añadió.

Investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, Alma Maldonado destaca que percibe a “un país sin instituciones, porque dependemos de lo que a un señor se le ocurre decir en la mañana. ¿Qué falta? Una institución que la tome, y yo creo que debería de ser Mejoredu, para justificar un poco su existencia”.

“¿Quién va a tomar la evaluación de la OCDE? ¿El Ceneval, la SEP, Mejoredu? Alguien ya tendría que estar respondiendo a la OCDE explicando los pasos que se darán”, añade.

Desde su perspectiva, existe un desconocimiento del actual gobierno de lo que representa la evaluación de PISA, que se aplica a estudiantes de 15 años a quienes se les evalúa en tres campos del conocimiento: matemáticas, comprensión lectora y ciencias.

“Creo que tiene una profunda ignorancia sobre qué es PISA, sobre sus alcances, sobre sus posibilidades. PISA no sólo es el examen, PISA es también información sobre nuestras escuelas, sobre efectos del Covid-19, sobre acoso escolar, sobre desigualdad educativa. De verdad, en ocasiones me cuesta mucho trabajo entender por qué ven a PISA como este gran enemigo. Como si salirnos de la prueba fuera a solucionar algo, y tampoco estar en la prueba soluciona nada, pero la evaluación nos da elementos para saber cómo estamos en términos de aprendizaje.

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“PISA es una foto de un momento que nos permite saber si nuestros estudiantes a los 15 años tienen capacidad de entender un texto en castellano o realizar operaciones matemáticas básicas, que se supone que aprendieron en la primaria y en la secundaria, o si tienen una lógica científica más o menos desarrollada”, resalta.

Para la académica del Cinvestav es claro que la actual administración federal quería heredar a la próxima todos los trámites y pendientes que tienen que ver con la evaluación internacional.

“Si, esa era la idea y lo estaban intentando, pero la presión mediática y pública sirvió para que el gobierno federal fijara una postura.

“Lo que es muy preocupante es la postura de la candidata de Morena , Claudia Sheinbaum, quien hace un par de días comentó que la educación en el país no debe estar sustentada en PISA”, dice.

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