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La construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) se ha postergado por tres sexenios, desde la noche del jueves 1 de agosto de 2002, cuando la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) canceló el proyecto planeado para Texcoco, Estado de México.

El entonces presidente de la República, Vicente Fox Quesada, anunció el proyecto el 22 de octubre de 2001, y fue hasta el 5 de julio del 2002 que informó a la cadena televisiva CNN que se tenían varias opciones para resolver la demanda del servicio de transportación aérea en el centro del país.

Fue el 22 de octubre que, tras meses de estudios para seleccionar la mejor ubicación, se resolvió que se llevaría acabo en Texcoco. En ese momento iniciaron manifestaciones y quejas de parte de los habitantes de la zona.

El conflicto se agudizó cuando un grupo de ejidatarios se enfrentó a policías en la carretera Pirámides-Acolman, donde resultaron 25 personas heridas y una perdió la vida. La cancelación del proyecto no fue un fracaso para el entonces titular de la SCT, Pedro Cerisola y Weber.

“Creo que es una muestra de que el gobierno está dispuesto a dialogar, que respeta el derecho de las partes y no trata de imponer soluciones”, sostuvo en esas fechas.

Los movimientos iniciados por vecinos de Atenco, Texcoco y Chimalhuacán no cesaron pese a que el 14 de agosto de 2002 se abrogó el decreto de expropiación de ejidos, que convertía en propiedad del Estado a 5 mil 391 hectáreas de esos municipios.

Aún bajo la administración de Fox, en mayo de 2006, por orden del entonces gobernador de la entidad, el ahora presidente Enrique Peña Nieto, se llevó a cabo un operativo de seguridad para terminar con el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), que nació como protesta a la construcción del aeropuerto.

Días antes de que el gobierno de Fox terminara, en agosto de 2005, se iniciaron los trabajos de la Terminal 2 en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), y fue hasta la administración de Felipe Calderón Hinojosa que se concluyó.

Desde entonces, el proyecto se congeló hasta que Peña Nieto fue candidato a la Presidencia. Durante una gira por Hidalgo, el entonces aspirante del PRI se comprometió a construir el aeropuerto en Tizayuca, Hidalgo.

Pese a que el gobierno de Hidalgo hizo esfuerzos por contar con los requisitos para construir el nuevo aeropuerto, la interferencia que causaba su funcionamiento con la Base Aérea de Santa Lucía lo echó para atrás.

Fue hasta el 2 de septiembre de 2014 que el ya presidente Enrique Peña Nieto anunció que el nuevo aeropuerto se construiría en la zona contigua a donde está el actual Aeropuerto Internacional Benito Juárez.

El proyecto se puso en marcha en septiembre de 2015 con los diseños de dos arquitectos: Norman Foster y Fernando Romero.

El nuevo aeropuerto pretende ser la solución a la saturación del Aeropuerto Internacional Benito Juárez, el cual podría llegar a su máxima capacidad operativa al finalizar este año con el registro de más de 32 millones de pasajeros.

Desde su campaña, el ahora presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, mencionó que los contratos se revisarían con el fin de descartar actos de corrupción, y hasta podría cancelarse la construcción. Ayer informó que se realizará una consulta ciudadana para resolver el asunto.

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