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Bruselas.— Una década más tarde, la ley de narcomenudeo adoptada en narcomenudeo para dejar de castigar ofensas menores de drogas terminó siendo “papel mojado”, de acuerdo con estudio publicado por la London School of Economics (LSE).

Incluso los expertos están usando la normativa mexicana como ejemplo para advertir que este tipo de iniciativas puede resultar en un antídoto tan nocivo como la enfermedad, cuando el enfoque no está basado exclusivamente en la salud y la solidaridad.

“No tiene mucho sentido introducir una solución política que suponga un enfoque más humano y saludable para lidiar con el uso de drogas, cuando en la implementación, termina siendo tan perjudicial como el sistema que está reemplazando. Por ejemplo, nuevamente México”, revela el informe.

“Una evaluación realizada en 2016 encontró que 41% de las personas arrestadas (en México) por delitos de drogas fueron por posesión de menos de 500 pesos o 30 dólares en drogas, exactamente el resultado que la ley buscó modificar”, dice.

El informe, con fecha de septiembre, fue elaborado por expertos como John Collins, director ejecutivo de la Unidad de Políticas Internacional de Drogas de LSE; Tony Duffin, jefe ejecutivo en la ONG irlandesa Ana Liffey Drug Project, y Joanne Csete, profesora asociada en la Columbia University Mailman School of Public Health.

El documento está dirigido principalmente al debate que actualmente tiene lugar en Ir- landa y a resaltar que la criminalización del usuario es el enfoque equivocado en la lucha contra los estupefacientes.

“Los periodos de encarcelamiento pueden ser activamente dañinos, tener antecedentes penales puede afectar la capacidad de las personas para viajar libremente, encontrar trabajo e interactuar con la sociedad en general. En definitiva, criminalizar es estigmatizar”.

El documento recuerda que México introdujo en 2009 la ley de narcomenudeo con la intención de concentrar las capacidades de justicia en la lucha contra los traficantes.

Dejó de criminalizarse la posesión de menos de cinco gramos de cannabis, 0.5 gramos de cocaína, 50 miligramos de heroína y un comprimido de éxtasis.

“Se esperaba que la ley descongestionara los tribunales federales abrumados por los casos de drogas y abordara la excesiva presencia de infractores menores de drogas en las prisiones”, dice el estudio.

Otro factor que está contribuyendo a criminalizar al usuario mexicano es el haber dejado a las autoridades la opción de “tratamiento obligatorio o cárcel”.

El documento señala que entre 2009 y mayo de 2013, en México fueron arrestadas 140 mil 860 personas por consumo de drogas, y se estima que los cargos de posesión y uso representan 65% de los casos de drogas a nivel federal.

De 2011 a 2013 el número de personas encarceladas en prisiones federales por delitos de drogas creció 19%, mientras que la población total carcelaria aumentó 7% durante el mismo periodo.

“No tiene mucho sentido establecer sanciones aparentemente administrativas, como multas, si en la práctica el Estado terminará destinando recursos para castigar a las personas que no tienen la capacidad de pagar las multas”, enfatiza.

“El objetivo de un sistema de despenalización debe ser el apoyo, no el castigo”, indica el documento haciendo referencia al caso mexicano.

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