A unos días de concluir como presidenta de la Cámara de Diputados, Dulce María Sauri Riancho, advirtió que de seguir por el camino de la polarización y del enfrentamiento, el presidente Andrés Manuel López Obrador podría convertirse en el flautista de Hamelín, “y llevar a México al precipicio”.

En entrevista con EL UNIVERSAL, la legisladora priísta consideró que el titular del Ejecutivo va tarde en la presentación de una reforma político-electoral que además calificó de “mala” porque debilitará los órganos autónomos como el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Sauri Riancho pronosticó que para la 65 Legislatura Morena debe aceptar su nueva realidad, pues ya no es 2018 y ya no tendrá la mayoría absoluta, lo que los obliga a “convencer” y no a “instruir”, incluso con sus propios aliados. La diputada yucateca también se descartó como presidenciable, pero sí adelantó que la única forma para vencer a Morena en el 2024, es que los partidos de oposición conformen una alianza electoral.

¿Cuál será el sello de esta 64 legislatura que termina?

“Esta legislatura está marcada por el Covid-19, la mitad de la legislatura transcurrió bajo la pandemia y con las reglas que nos impuso la pandemia de confinamiento y sana distancia. Ese es el sello por el cuál será recordada esta legislatura, porque también demostramos que aún en las condiciones de pandemia era posible trabajar y cumplir con nuestras responsabilidades, y lo logramos”.

¿Qué reformas destacaría?

“Yo enfatizaría mucho las reformas constitucionales porque ellas exigen mayoría calificada y era el único terreno en donde la mayoría de Morena requería negociar con las oposiciones, entonces las reformas constitucionales aprobadas permitieron ver que en medio de la polarización política que caracterizó esta legislatura fue posible construir acuerdos”.

¿Y en cuanto a debate?

“Me quedo con el debate a los fideicomisos, fue un debate muy prolongado muy ríspido, y muy difícil sobre todo por los resultados. En el pudo haber sido y no fue, ¿qué hubiese sucedido sino se hubiese cancelado el Fonden?, ahorita tendrían una ayuda más efectiva, más rápida y más directa para atender la emergencia en las regiones del sur-sureste del país que fueron afectadas por Grace”.

¿Ve con buenos ojos la reforma político-electoral que impulsa el Presidente de la República?

“Yo diría que en la parte de la reforma político-electoral está tarde el presidente de la República, las reformas político-electorales se emprenden generalmente el primer año del nuevo gobierno. Me parece una reforma político-electoral tarde, por no decir que mal, porque no fortalece sino que aparentemente va a debilitar al Instituto Nacional Electoral y el propio Tribunal Electoral”.

¿Cómo avizora el panorama para el último trienio de este gobierno al interior de San Lázaro?

En la Cámara de Diputados va a haber una correlación en la que sigue Morena teniendo la mayoría, eso no hay que olvidarlo, el partido del presidente de la República tiene la mayoría, 198 diputadas y diputados. Ahora, sabemos muy bien que cuando se acerca la candidatura presidencial empiezan las aguas a revolverse y eso se da no solo en las oposiciones, también se da entre los aliados políticos legislativos, entonces vamos a ver cómo se comporta.

¿Morena debe aceptar una nueva realidad?

Para poder enfrentar la realidad hay que tener los pies muy bien puestos en la tierra, y la tierra legislativa no es la de 2018, a partir de ese punto de vista Morena debe construir un nuevo escenario de diálogo, ya el diálogo no va a ser vertical, no van a ser órdenes, es un diálogo horizontal incluso con sus propios aliados políticos. Morena tenía los números, ya no los tienen, incluso su trato yo asumo que será diferente con sus propios aliados, ya no puede instruir los tiene que convencer.

¿Qué les recomendaría a sus sucesores de la oposición?

“Yo creo que es válido lo que me digo a mi misma; poner bien los pies en la tierra, mantener el espíritu de diálogo, la voluntad de la negociación, la construcción de acuerdos, y el respeto a la pluralidad política”

¿Cómo vislumbra que va a finalizar el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador?

“Si sigue por el camino de la polarización, del enfrentamiento, de no escuchar más que su propia voz interior, no va a terminar como él quisiera, ni ser recordado en la historia ni los resultados de su gobierno. Ojalá el presidente insista en transformar a la sociedad para hacerla menos desigual, realmente combatir la pobreza y dar más oportunidades a los que no las han tenido, pero sino, ojalá no sea el flautista de Hamelin que nos lleve al precipicio”

¿Lo ve entonces saliendo por la puerta trasera?

Para salir de la presidencia no hay más que una sola puerta, y esa puerta es la del Palacio Nacional, por esa entró y por esa va a salir, lo que importa es lo que llevará en sus maletas cuando se vaya, en ellas puede llevar una sociedad más próspera, un país más fuerte, un país menos desigual, un país menos polarizado e inseguro, o todo lo contrario”.

¿Ve la posibilidad de que la oposición pueda ganar en 2021, qué se requiere para lograrlo?

“En una democracia siempre es posible, claro que puede ganar la oposición, y eso dependerá del trabajo que se realice en los próximos dos años y medio, pero en términos generales hoy por hoy sí me parece que la manera es construir una alianza. Serán intensísimos años y yo insisto en que la elección de 2022 y 2023 son muy importantes para ver cómo se materializan los acuerdos y los resultados que alcanzan”.

¿Tras su larga carrera en la que ya fue diputada, senadora y gobernadora, se ve como candidata a la Presidencia de la República?

“No, si fuera 2023 me anoto, pero es 2021. Para que una mujer sea candidata con posibilidades reales de competir y ganar se requiere primero que los partidos políticos postulen a una mujer, y para que esto suceda tiene que haber plataformas, si estuviéramos en 2023 yo diría “puede ser”, pero dentro de dos años va a haber otras actoras políticas que tengan esa posibilidad porque yo no voy a tener la plataforma, es una realidad política, lo digo sin restricción ni amargura, pero es una realidad”.

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