Washington.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado instrucciones a su cúpula militar para que comience a planear la inminente salida de Siria de las tropas del país, que lideran una coalición de más de 60 naciones que combaten el islamismo extremista en la región, informaron ayer fuentes locales.

Al mismo tiempo, Rusia, Irán y Turquía firmaron una declaración conjunta con la promesa de impulsar un proceso sirio de paz.

De acuerdo con el diario The Washington Post, Trump aprovechó una reunión celebrada el martes con algunos de los principales responsables del área de seguridad para transmitirles su deseo de que le presenten un plan de salida de Siria.

La veracidad de la información fue confirmada, en parte, por el director nacional de Inteligencia, Dan Coats, quien ayer por la mañana dijo a un grupo de periodistas que el presidente ya ha tomado una decisión al respecto y que “próximamente habrá una declaración”, según informó la cadena CNN.

La vocera presidencial, Sarah Huckabee Sanders señaló ayer que el grupo Estado Islámico (EI) ha sido “casi totalmente destruido” en Siria, e insinuó que la misión estadounidense en el país no irá más allá de derrotar al grupo extremista.

Sin embargo, el equipo de seguridad nacional de Trump, incluyendo el jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Mike Pompeo, postulado para secretario de Estado, ha advertido sobre un resurgimiento de esa milicia y ha exhortado al presidente a evitar un retiro precipitado. EU tiene unos 2 mil efectivos en Siria.

Por su parte, el general Joseph Votel, jefe del Mando Central (Centcom), responsable las operaciones de las Fuerzas Armadas en Medio Oriente, aseguró que en Siria lo más difícil “está aún por llegar”.

En Ankara, los presidentes ruso, Vladimir Putin; iraní, Hassan Rouhani, y turco, Recep Tayyip Erdogan, se reunieron para intentar avanzar hacia una solución de la guerra en Siria.

En un comunicado publicado tras la cumbre, los tres dirigentes “reafirmaron su determinación en cooperar activamente en Siria con vistas a lograr un alto el fuego duradero entre los beligerantes”. También subrayaron su voluntad de “acelerar sus esfuerzos para garantizar la calma sobre el terreno y proteger a los civiles en las zonas de distensión y facilitar un acceso rápido de la ayuda humanitaria a esas zonas”.

Putin denunció lo que llamó falta de acción de la comunidad internacional para buscar una solución en Siria. Moscú y Teherán, que apoyan al gobierno sirio, y Ankara, que respalda a los rebeldes, son los padrinos del proceso de Astaná, que permitió la puesta en marcha de cuatro “zonas de distensión” en Siria.

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