Tim Kahlor, padre de Ryan, un sargento que prestó en dos ocasiones servicio en Irak y hoy se encuentra inhabilitado por traumatismo craneoencefálico y trastorno por estrés postraumático, contaba los días en espera del fin de la guerra en Afganistán.

Sin embargo, tras la estrategia bélica de Donald Trump para Afganistán, la cuenta regresiva iniciada por Kahlor parece que no tendrá final durante esta administración.

El lunes, el inquilino de la Casa Blanca anunció que no dará mayores detalles sobre las operaciones, el número de tropas y los calendarios.

El comunicado resultó más que un doloroso revés para los familiares que exponen a sus hijos en una incursión militar que lleva 16 años y se ha cobrado la vida de unos 2 mil 400 soldados estadounidenses.

“Merecemos saber, porque afecta nuestras vidas. Sabemos cuál es la función del militar, sus riesgos y sobre sus desplazamientos, pero el no informarles ni a los suyos destruye familias”, dice a EL UNIVERSAL Kahlor.

Para él, que es miembro de la organización Familias de Militares Alzan la Voz (MFSO por sus siglas en inglés), antes de enviar más soldados a Afganistán, Trump debería mejorar las condiciones en las que se encuentran los veteranos estadounidenses.

De acuerdo con la Asociación de Enfermeras de EU (ANA), hay 22 millones de veteranos en el país y alrededor de seis de cada 10 dependen de servicios externos a la institución diseñada para velar por la su bienestar médico, el Departamento de Asuntos para Veteranos de EU (VA en inglés).

“El costo total no termina con sólo ir a la guerra. Hay enormes implicaciones médicas a su retorno, incluyendo elevados índices de suicidio”, denuncia Kahlor.

La ANA sostiene que entre 2005 y 2010 el índice de suicidio en las tropas fue de uno cada 36 horas.

Para Barry Ladendorf, presidente de Veteranos por la Paz, la única novedad de la estrategia de Trump para Afganistán es su aspecto secreto. Afirma que la campaña está condenada al fracaso y que mandar más tropas sólo empeorará el problema y se aumentará el número de víctimas civiles.

“Al no fijar estándares, Trump intenta no ser criticado porque no habrá manera de decir si ganó o perdió”.

Para el veterano, la solución está en apoyar al gobierno afgano para combatir la corrupción y promover la unidad nacional. También se necesita a la ONU para una salida diplomática.

“Pero Estados Unidos ni siquiera tiene embajador en Kabul. ¿Cómo vamos a construir relaciones diplomáticas con un gobierno para tratar de encontrar soluciones si no hay Embajador?”, indica Ladendorf.

“La operación en Afganistán está en punto muerto y seguir por la misma vía es causa perdida. Estoy seguro de que la mayoría de los familiares de militares sienten lo mismo”, agrega.

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