La Unión Europea (UE) se mantuvo firme ayer ante los británicos: les dio ocho semanas para cumplir con sus exigencias y pospuso al menos hasta diciembre el paso a la siguiente fase de negociaciones ante la falta de promesas concretas por parte de Londres para regular el Brexit.

Durante la cumbre de Bruselas, los 27 jefes de Estado y de gobierno de la UE decidieron por unanimidad continuar con el diálogo tras las cinco rondas que han tenido lugar y volver a analizar en diciembre si hay progresos en tres puntos que consideran clave; sin embargo, a la vez anunciaron que comenzarán los preparativos para esa siguiente etapa.

El discurso que pronunció el jueves la primera ministra británica, Theresa May, fue bien recibido, pero no bastó para hacer cambiar de idea al resto de dirigentes. Pese a ello, algunos líderes — entre ellos la canciller alemana, Angela Merkel— se mostraron seguros de que al final habrá acuerdo y, por tanto, se evitará una salida no pactada de Reino Unido.

El presidente del Consejo Europeo (el órgano que reúne a los jefes de Estado y de gobierno), Donald Tusk, afirmó ayer que se ha “exagerado” en los medios el presunto bloqueo en las negociaciones. “Aunque el progreso no es suficiente, no implica que no exista”, añadió, y adelantó que espera que en diciembre se pueda pasar a la
siguiente etapa.

“No tengo dudas” de que se logrará un acuerdo, dijo Merkel, puesto que no hay indicios que apunten a lo contrario. Reino Unido ha dado señales inequívocas de ello, sólo que no las suficientes para cerrar ahora mismo la primera fase.

Los tres temas principales de las negociaciones en los que la UE no ve suficiente progreso son la polémica factura de salida, es decir, el dinero que debería pagar Londres por sus obligaciones contraídas en el pasado, la nueva frontera del bloque entre Irlanda e Irlanda del Norte, y los derechos futuros de los ciudadanos de la Europa comunitaria en Reino Unido.

Londres quiere negociar, sin embargo, cuanto antes un acuerdo comercial con la UE que esté listo en el momento de salida, un tema del que dependen cientos de miles de empleos y la confianza del sector económico, pero choca con la negativa de Bruselas.

La UE le reclama a Reino Unido, después de 40 años en el bloque, hasta 100 mil millones de euros. May evitó hacer cualquier promesa concreta en su encuentro con sus socios europeos.

“Cumpliremos con las obligaciones que asumimos mientras fuimos miembros. Las analizaremos punto por punto”, se limitó a decir la dirigente a la prensa al término de su participación en la cumbre. El presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió que la UE “está lejos de tener los suficientes compromisos financieros” por parte de Reino Unido.

El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, señaló que es muy pronto para decir si las conversaciones habrán progresado lo suficiente en diciembre y que su gobierno se prepara para un escenario en el que Reino Unido abandone el bloque sin acuerdo. DPA

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