Washington.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reclamó ayer al Congreso el dinero para el muro que quiere construir en la frontera con México, agitando el temor a un nuevo cierre de gobierno, como ocurrió el año pasado, si no le da los fondos que precisa.

“Quiero saber dónde está el dinero para la seguridad fronteriza y el MURO en este proyecto de presupuesto ridículo y ¿de dónde vendrá tras las elecciones de medio mandato?”, tuiteó Trump. “Los demócratas están obstruyendo la aplicación de la ley y la seguridad fronteriza. ¡LOS REPUBLICANOS DEBEN PONERSE DUROS DE UNA VEZ POR TODAS!”, añadió el mandatario.

El Senado aprobó a principios de esta semana un proyecto de presupuestos para mantener abierto el gobierno hasta el 7 de diciembre, pero no incluye financiación para el muro. La semana que viene, previsiblemente, será la Cámara de Representantes la que vote el texto, pero no está claro que Trump lo vaya a sancionar si se aprueba, y es necesaria su firma para que entre en vigor. Si no lo hace, el 1 de octubre se produciría un cierre parcial del gobierno ante falta de financiación de algunas agencias.

Mientras Trump defiende la necesidad de construir un muro en la frontera sur para frenar el paso de migrantes, un informe del Instituto de Políticas Migratorias (MPI) reveló ayer que la población inmigrante del área metropolitana de Houston impulsó el crecimiento laboral del último año y fue decisiva para la reconstrucción tras el impacto del huracán Harvey, que azotó la zona a finales de agosto de 2017.

“A pesar de haber sido una de las comunidades más afectadas por el paso de Harvey, fue vital en la reconstrucción de la zona al tener a más de la mitad de los trabajadores en el sector de la construcción”, precisó el documento.

La comunidad representa un tercio del mercado laboral de la región (1.6 millones en 2017, según el Censo), superior a la media nacional que es de alrededor de 20% del total. Según el informe, titulado Perfil de la diversa población inmigrante de Houston en un panorama político variable, pese al aporte económico que representan los inmigrantes, perciben menos honorarios y experimentan un entorno inestable ante las políticas migratorias actuales.

Menos mexicanos. No son los únicos. De acuerdo con un análisis que difundió ayer el Pew Research Center, el incremento en la hostilidad contra los inmigrantes en EU es una de las causas que motivaron en 2017 un atípico descenso de la población mexicana en esa nación.

El descenso registrado el año pasado supuso el mayor en la última década, coincidiendo con la llegada de Trump a la Casa Blanca, con la consiguiente retórica antiinmigrante y políticas que priorizan la deportación de indocumentados.

De acuerdo con el centro, que analiza datos oficiales del censo, entre 2016 y 2017 se produjo una caída de 300 mil personas en la población mexicana en territorio estadounidense, hasta los 11.3 millones, una baja que el Pew consideró “rara”.

“La caída repentina parece una aceleración de una tendencia a largo plazo de nativos mexicanos que regresan a su hogar”, comentó el Pew. La última vez que se dio un descenso de esta magnitud fue entre 2007 y 2008, con el comienzo de la Gran Recesión.

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