Donald Trump fue Donald Trump en su debut tras el púlpito de la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU): un líder de retórica agresiva, sin pelos en la lengua, nada diplomático y directo en sus dardos. Como era de esperar, los más punzantes fueron directos a Corea del Norte, y la amenaza fue extrema: EU, dijo, está dispuesto a la “destrucción total” del pequeño país asiático si continúan con los juegos de desarrollo nuclear y pruebas de misiles.

Trump calificó al régimen de Kim Jong-un de “depravado” por dejar morir de hambre a sus ciudadanos y violar su derechos. No era la primera vez que el presidente amenazaba con la opción militar para frenar las aspiraciones nucleares norcoreanas, pero hacerlo en la ONU y dando a entender que la “paciencia” se está acabando, significó escalar un poco más la tensión.

“Ha llegado la hora de que se dé cuenta de que la desnuclearización es su único futuro posible”, remató, el mandatario, quien se refirió al líder norcoreano como un “Rocket Man” u Hombre Cohete, como lo ha apodado en Twitter, “en una misión suicida”.

Trump fue víctima de un tibio recibimiento, con aplausos esporádicos y casi imperceptibles. En primera fila, como espectador de lujo, estaba el representante norcoreano, una mínima representación encabezada por un joven pasante durante la intervención de Trump a modo de protesta y boicot. Ante las frases más contundentes, incluso se oyeron suspiros de sorpresa. Que Corea del Norte iba a ser uno de los hits de la jornada no escapaba a nadie.

Sin embargo, la jornada en la ONU inició con una apuesta al diálogo. A primera hora, en la inauguración de la sesión, el secretario general de la ONU, António Guterres, advertía: “No debemos andar como sonámbulos hacia el camino de la guerra”, pidiendo a Pyongyang frenar sus ensayos y a EU rebajar la tensión dialéctica.

Norcorea no fue el único blanco de Trump, quien aseguró que “grandes regiones del mundo están en conflicto y de hecho algunas se están yendo al infierno”. Entre los países que corrompen el mundo también incluyó a Irán, algo que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, celebró con sonoros aplausos y bendiciones.

Por lo que dijo de Teherán, todo indica que a mediados de octubre Estados Unidos se borrará del pacto nuclear para frenar la proliferación nuclear iraní, que llamó una “vergüenza” de acuerdo con un país “asesino” que sólo busca “muerte y destrucción”.

Tampoco se salvó de las amenazas Venezuela, otro de los puntos calientes de discusión durante esta semana en Naciones Unidas. Y, por lo que dijo Trump, pueden esperarse más sanciones contra el presidente Nicolás Maduro y su entorno si no mejora la crisis humanitaria que se vive.

“Estamos listos para adoptar más acciones si el gobierno de Venezuela persiste en su camino para imponer un régimen autoritario contra el pueblo venezolano”, señaló Trump. Hace meses tampoco descartó la acción militar para frenar a Caracas.

“Si los buenos no los enfrentamos, el mal triunfará”, sentenció.

El presidente venezolano Nicolás Maduro respondió a Trump, “que se trague sus palabras de odio y guerra”, y acusó al magnate de ser un “nuevo Hitler”. También dijo que la amenaza de Trump la interpreta como una “amenaza de muerte” hacia él.

En su discurso, Trump defendió su “America First” (Estados Unidos primero), e incluso aconsejó a los demás países lo propio. Según él, sólo naciones fuertes pueden promover la paz mundial. Atrás queda la época del multilateralismo como forma de geopolítica global.

En un breve pasaje, Trump también hizo referencia a la migración, base de su dogma. “La inmigración incontrolada es profundamente injusta para los países que mandan y reciben [migrantes]”, apuntó. Algo en lo que no coincidieron el resto de líderes mundiales.

“No hagan caso a los que piden ayuda haciéndonos creer que los muros y las fronteras nos protegen. No son los muros los que nos protegen: es la voluntad de actuar”, le respondió horas después el presidente francés, Emmanuel Macron, también debutante en una Asamblea General.

El líder francés también se lanzó a la defensa del Acuerdo Climático de París, que llamó “innegociable”. “Denunciarlo hoy sin proponer otra alternativa sería un grave error”, dijo. También llamó a designar un representante especial de la ONU para la protección de los periodistas en el mundo”.

En la apertura, Guterres enumeró las que para él son las siete principales amenazas y retos que enfrenta el mundo: el peligro nuclear —mucho más cercano que en la época de la Guerra Fría—; el terrorismo; las violaciones sistemáticas de los derechos humanos; el cambio climático —al que Trump no hizo referencia—; la desigualdad; la ciberseguridad y la migración, en cuanto a la crisis de refugiados que, para Guterres, es más una crisis de “solidaridad” por la voluntad de muchos países —en clara referencia a EU— de “cerrar puertas”.

Como era de esperar hubo protestas en Nueva York por la presencia de Trump. Frente a la torre que lleva su nombre, en la Quinta Avenida, un grupo de tres congresistas demócratas latinos lideraron una manifestación para defender el DACA, el programa que protege de deportación a jóvenes indocumentados. Todos ellos fueron detenidos por altercados públicos.

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