Donald Trump celebró ayer su primer acto como presidente por el Mes de la Herencia Hispana, con el que anualmente se honra la aportación histórica de la comunidad a Estados Unidos, con un acto en la Casa Blanca en el que recordó a las víctimas de los desastres naturales, pero no tuvo ni una palabra para los inmigrantes hispanos que viven en el país, la inmensa mayoría procedentes de México y a los que llamó criminales durante la campaña electoral.

Ante una audiencia de más de 200 líderes de negocios, religiosos y comunitarios de la población latina en Estados Unidos, que lo recibió con “bravos” en español, Trump eludió cualquier referencia al muro con México, una de sus promesas de campaña, o a su filosofía de mano dura con la inmigración ilegal.

Tampoco habló de su decisión de poner fin al programa para los Llegados en la Infancia (DACA), que ha evitado la deportación de 800 mil jóvenes indocumentados, pero que decidió cancelar, mientras se espera que la próxima semana presente los “principios” que, a su juicio, debe seguir el Congreso para elaborar y aprobar una reforma migratoria.

La ceremonia tuvo lugar un día después que se venció el plazo para la reinscripción de los 154 mil jóvenes indocumentados beneficiarios del DACA y conocidos como dreamers, o soñadores. Aunque Trump no hizo alusión al debate sobre el alivio migratorio a este grupo, elogió a un grupo de jóvenes en la primera fila del evento. “No hay sueño fuera de su alcance”, les dijo.

El mandatario recordó a las víctimas de la masacre en Las Vegas, así como a los damnificados por los huracanes en Puerto Rico y las Islas Vírgenes, “No importa quiénes somos, o de dónde venimos. Somos todos americanos y estamos unidos todos por el amor a este país y por su bandera y el uno por el otro”, dijo.

A Puerto Rico, Estado Libre Asociado a Estados Unidos, le prometió que su administración seguirá ayudándole hasta que se recupere de la devastación causada por el huracán María, frente a la cual ha sido muy criticado por la lentitud de su respuesta. “Amamos a Puerto Rico”, manifestó, y reiteró su compromiso con la reconstrucción del territorio. “No descansaremos hasta completar ese trabajo... Estaremos allí todo el tiempo”.

En un discurso en el que mezcló temas muy diversos, Trump proclamó que “el comunismo es pasado” y “la libertad es el futuro”, al insistir en sus críticas hacia Cuba y Venezuela.

“No levantaremos las sanciones al régimen cubano” hasta que no haya “libertad” en la isla, enfatizó Trump, quien ya ha expresado en varias ocasiones su oposición a poner fin al embargo si no se producen “reformas fundamentales” en Cuba.

De la contribución de los hispanos al país, Trump destacó sobre todo a quienes forman parte de las fuerzas armadas, que cifró en más de un cuarto de millón. “Sesenta estadounidenses hispanos han sido reconocidos con la Medalla del Congreso al Honor por su destacada valentía en batalla”, indicó. “Son muchos”.

“Desde nuestros tempranos días, los americanos hispanos han enriquecido nuestro país y ayudado a dar forma a nuestra historia. Su contribución, a través de las generaciones es extraordinaria”, añadió.

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