Tirso Martínez Sánchez,

quien fungía como distribuidor de drogas en Estados Unidos , declaró hoy en su calidad de testigo en el juicio contra Joaquín "El Chapo" Guzmán que las operaciones de los cárteles del narcotráfico se consolidaron tras la muerte de Amado Carrillo Fuentes.

Martínez, quien era apodado “Ingeniero” o “Futbolista” , expresó en el marco del juicio que tiene lugar en Nueva York que laboraba tanto para el Cártel de Sinaloa como para el Cártel de Ciudad de Juárez entre la década de 1990 y la década del 2000.

Explicó que los dos cárteles funcionaban en alianza en los primeros años de 1990, con Carrillo Fuentes como líder del Cártel de Juárez, y Guzmán e Ismael “Mayo” Zambada como líderes del Cártel de Sinaloa.

Tras la muerte de Carrillo Fuentes en una cirugía fallida, uno de los sublíderes del Cártel de Juárez se disparó, lo que perjudicó sus facultades mentales y se retiró del negocio. Esa persona era Eduardo González Quirarte o “Flaco” Quirarte.

Las ventajas de la fusión hizo al cártel más fuerte, lo que significaba mayor poder para corromper políticos y policías y, en consecuencia, generar más dinero de sus operaciones de narcotráfico, precisó Martínez.

La fusión significó también que los cárteles se compartieron “plazas” o ciudades que tenían bajo su control, así como los puertos mediante los que podrían recibir drogas.

Martínez fue detenido en México en 2014 y extraditado un año más tarde a Estados Unidos. En 2016, se declaró culpable en la corte de Nueva York de haber distribuido toneladas de cocaína en territorio estadunidense y Europa.

lsm

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