Rescatistas y voluntarios buscaban ayer sobrevivientes entre los escombros de los inmuebles derribados por el terremoto más mortífero en lo que va de 2017 en el mundo y el más letal en la República Islámica en una década, que dejó más de 400 fallecidos en la frontera entre Irak e Irán.

Los equipos de emergencia mantenían sus operaciones para rescatar a decenas de personas atrapadas entre los escombros en poblados y ciudades en la occidental provincia de Kermansha, fronteriza con Irak.

Cifras oficiales reportaban 407 muertos, pero la cadena iraní Press TV informó de al menos 450 fallecidos y 7 mil heridos por el sismo de magnitud 7.3. Autoridades esperan que el número de decesos suba.

El sismo superó la cifra de víctimas mortales (369) del terremoto del pasado 19 de septiembre en México.

Funcionarios de salud kurdos informaron que al menos seis personas murieron en Irak y al menos 68 resultaron heridas, agregando que en los distritos del norte del Kurdistán iraquí fallecieron siete personas y unas 325 resultaron heridas.

El portavoz de la oficina de manejo de crisis de Irán, Behnam Saeedi, dijo que la mayoría de los heridos fueron atendidos por lesiones leves y dados de alta. Agregó que menos de mil personas aún siguen hospitalizadas.

El sismo se sintió en varias provincias de Irán, pero la más afectada fue Kermansha. Más de 300 de las víctimas estaban en el condado de Sarpol-e Zahab, a unos 15 kilómetros de la frontera con Irak. Los residentes de la zona dijeron además que no tienen agua corriente ni electricidad y que las líneas telefónicas y celulares funcionaban con problemas.

La televisión estatal iraní dijo que el terremoto provocó graves daños en algunas localidades en donde las casas eran de adobe. Medios reportaron estragos en al menos 14 provincias.

El director de la Media Luna Roja iraní dijo que más de 70 mil personas necesitan refugios de emergencia.

Autoridades de Irak indicaron que el área más afectada del país era el distrito de Darbandikham, cerca de la frontera con Irán, donde al menos 10 casas se derrumbaron y el único hospital quedó muy dañado.

Los damnificados, muchos de ellos envueltos en frazadas, pedían ayuda entre los edificios derrumbados y automóviles enterrados en escombros. “Necesitamos refugio”, dijo un hombre de mediana edad de Sarpol-e Zahab a la TV estatal. “¿Dónde está la ayuda?”, clamaba mientras explicaba que su familia no podía pasar otra noche en el frío.

El líder supremo de Irán, ayatolá Ali Jamenei, ofreció sus condolencias a las víctimas e instó a todas las agencias oficiales a ayudar a los afectados. El gobierno anunció un día de luto y prevén que el presidente iraní, Hassan Rouhani, visite hoy la zona.

En Irak, el primer ministro, Haider al-Abadi, emitió una directiva para que los equipos de defensa civil e “instituciones relacionadas” respondan al desastre natural.

El papa Francisco ofreció rezos por los muertos y pidió fuerza para los equipos de rescate que tratan de encontrar sobrevivientes. El Pontífice expresó profunda tristeza por el desastre y ofreció su solidaridad a quienes perdieron seres queridos.

Países de la zona como Turquía y Pakistán enviaron sus condolencias. Además, Ankara tomó medidas para llevar comida y medicamentos al norte de Irak, dijo el primer ministro turco, Binali Yildirim.

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, expresó su apoyo en su cuenta de Twitter: “Mi solidaridad con los gobiernos de Irán e Irak y con los familiares de las víctimas del terremoto”.

El sismo ocurrió a las 9:48 de la noche del domingo, hora de Irán, justo cuando la gente se iba a dormir. Este país es una zona vulnerable a los sismos porque se ubica sobre grandes fallas tectónicas.

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