El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insistió ayer que su gobierno construirá un muro en la frontera con México porque si no, según dijo, habrá “mucha gente infeliz”, incluido él.

En la ceremonia de toma de posesión de la nueva secretaria de Seguridad Nacional (DHS), Kirstjen Nielsen, el presidente afirmó: “Vamos a lograr el muro. Si no lo conseguimos, tendremos mucha gente infeliz, incluido yo.

Agentes estadounidenses participan, hasta la próxima semana, en una serie de pruebas para determinar la efectividad de los ocho prototipos de muro fronterizo construidos en la comunidad de la Mesa de Otay, en San Diego, California.

El presidente celebró el dato dado a conocer esta semana por el DHS, que indicó que las detenciones en la frontera con México cayeron a su nivel más bajo en 46 años en el ejercicio fiscal 2017, que concluyó en septiembre, un éxito que atribuyó al endurecimiento de sus políticas.

A pesar de que emitió una orden ejecutiva a los pocos días de llegar a la Casa Blanca para comenzar de forma inmediata la construcción del muro con México, Trump no ha logrado que el Congreso apruebe los fondos necesarios, aunque se han abierto a concurso los prototipos.

En las actuales negociaciones presupuestarias para el año fiscal 2018, Trump insiste en una partida de seguridad fronteriza, pero los demócratas están dispuestos a bloquearla.

En tanto, como parte de las medidas migratorias de Trump, una pareja de mexicanos que llegó a EU hace 30 años fue deportada. Óscar y Humberta Campos vivían en Birdgeton, Nueva Jersey, y eran propietarios de una compañía de jardinería. Fueron deportados ayer a la Ciudad de México. Tuvieron que dejar en EU a sus hijos de 24, 22 y 16 años, quienes son estadounidenses.

Óscar dijo que huyó de la violencia de Tamaulipas, su ciudad natal, y que cruzó la frontera hacia Texas en 1989. La televisora WCAU informó que tras un largo proceso para tratar de obtener permisos de trabajo, los funcionarios federales de inmigración les ordenaron que abandonaran el país.

El senador Cory Booker, de Nueva Jersey, intentó ayudarlos para que se quedaran en EU y dijo estar “extremadamente decepcionado” de que no les otorgaran una suspensión a su proceso de deportación.

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