Nuevas protestas estallaron ayer por la noche en Irán, donde un policía murió al recibir un disparo, de acuerdo con la televisión estatal, un día después de que 10 personas fallecieran en disturbios en todo el país. Mientras que el presidente Hassan Rouhani dijo que las manifestaciones no son una conspiración extranjera, sino que gente quiere “más libertades”.

La presencia policial era muy fuerte en Teherán, donde pequeños grupos de manifestantes recorrieron el centro de la ciudad gritando mensajes contra el régimen, informaron las agencias de noticias locales. La policía procedió a varias detenciones antes de que la calma regresase a la capital.

Un policía iraní murió ayer en un tiroteo durante las manifestaciones de protesta en la ciudad de Nayaf Abad, en la provincia de Isfahán, informó la agencia local de noticias Tasnim. Otros tres elementos resultaron heridos a causa de los disparos de uno de los manifestantes, en el quinto día consecutivo de protestas contra la política económica del presidente de Irán, Hassan Rouhani.

Con el fallecimiento del policía, suman en total 11 muertos durante en las protestas en Irán.

Otras 300 personas han sido detenidas en los incidentes, que no parecen mitigarse pese a los llamamientos a la calma de Rouhani, y al hecho de que las autoridades hayan cortado el acceso a las redes sociales para evitar nuevas convocatorias.

El ministerio iraní del Interior ha dejado claro que no se ha otorgado ningún permiso para convocar manifestaciones por lo que hasta ahora cualquiera de ellas es ilegal.

La ley iraní de delitos políticos penaliza cualquier manifestación considerada “contraria a la gestión del país, sus instituciones políticas y a las políticas nacionales y exteriores.

Durante las protestas, los manifestantes corearon fuertes lemas contra el sistema de la República Islámica, el presidente Rouhani y el líder supremo del país, Alí Jameneí. También incendiaron los contenedores de basura y rompieron los cristales de algunos bancos.

El Parlamento en Teherán celebró una sesión de crisis en la que participaron Rouhani y miembros de la Comisión de Seguridad.

El mandatario afirmó ayer que sería un error considerar las protestas como una mera conspiración extranjera, pues la ciudadanía está pidiendo “más libertades”.

“Los problemas de la gente no son simplemente de naturaleza económica. Están pidiendo más libertades”, dijo Rouhani, cuyas palabras iban dirigidas indirectamente a quienes se oponen a sus intentos de emprender reformas culturales y políticas.

“Este gobierno no tiene todo bajo su control”, señaló Rouhani, en alusión a que la autoridad definitiva en muchos asuntos clave sigue siendo el clero. Teniendo esto en cuenta, añadió, las protestas deben ser vistas como una oportunidad y no como un peligro.

En tanto, la Unión Europea hizo un llamado a Irán a preservar el derecho a manifestaciones pacíficas y a garantizar la libertad de expresión. “Seguiremos observando los acontecimientos”, dijo un portavoz de la UE.

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