El presidente estadounidense, Donald Trump, endureció el tono ayer ante las autoridades de Puerto Rico que cuestionan su gestión de la ayuda a la isla golpeada por el huracán María, fustigando a los responsables que “quieren que se les haga todo”.

Inflando una polémica que no deja de crecer en Estados Unidos sobre la lentitud de la ayuda del gobierno federal, Trump acusó a “algunos en Puerto Rico” de ser “incapaces de poner a sus empleados a trabajar para ayudar” en las labores de recuperación en ese territorio estadounidense. Nueve días después de la arremetida de María sobre Puerto Rico, dejando al menos 16 muertos, sus 3.4 millones de habitantes siguen sin luz eléctrica, agua corriente ni telecomunicaciones, lo que tiene en riesgo particular a ancianos y enfermos. En la capital San Juan, los autos forman colas interminables frente a las estaciones de gasolina.

Mientras, residentes desesperados de rincones del interior arrasados por la tormenta dicen no haber visto presencia federal o local.

Pero Trump insistió ayer en una serie de mensajes en Twitter que los equipos de respuesta federal, que enviaron una docena de barcos y 10 mil funcionarios, están “haciendo un trabajo fantástico”. “Quieren que se les haga todo cuando debería de ser un esfuerzo comunitario”, tuiteó Trump desde su club de golf de Bedminster, en Nueva Jersey, donde pasa el fin de semana. El mandatario criticó especialmente a la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, a la que le reprochó una “pobre capacidad de liderazgo”.

“La alcaldesa de San Juan, que fue muy elogiosa apenas unos días atrás, ahora parece que los demócratas le han dicho que tiene que ser desagradable con Trump”, agregó.

Cruz, quien expresó su impaciencia ante la respuesta federal, portaba el viernes ante los canales de televisión estadounidenses una camiseta con la inscripción “Ayúdennos. Nos estamos muriendo”.

Cruz, quien ha estado viviendo en un refugio después de que su casa fue destruida por el huracán, dijo que los empleados municipales estaban trabajando lo máximo que podían. También agregó que sus reclamos generaron la llegada de más comida y agua. “En realidad, yo estaba pidiendo ayuda. No estaba diciendo nada desagradable sobre el presidente”, declaró Cruz a MSNBC. “No me van a distraer con comentarios menores, por política, por problemas insignificantes”, agregó. La meta, dijo, “es sólo una: salvar vidas. Este es el momento para demostrar de qué estamos hechos”.

Trump tiene programado visitar la isla el martes.

El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, no quiso entrar en la polémica y señaló que lo importante es “ayudar” y “trabajar” para que la isla recobre la normalidad. Destacó que nueve hospitales, de 69, cuentan con electricidad.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Más Información

Noticias según tus intereses