El Parlamento de Venezuela, único poder del Estado en manos de la oposición, desafió ayer a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) en su primera sesión desde que este órgano se atribuyera este viernes sus competencias legislativas, a la que acudieron representantes diplomáticos de 18 países europeos y americanos, incluyendo México.

Con su presencia —la mayor de enviados de gobiernos extranjeros desde que distintos embajadores empezaran a mostrar su apoyo al Parlamento visitando su sede— reafirmaron el respaldo de sus países a una Cámara despojada del poco poder que ya tenía por la ANC, a la que no reconoce buena parte de la comunidad internacional.

Entre los países que tuvieron representación en el Palacio Federal Legislativo estaban, según el propio Parlamento, México, España, Holanda, Chile, Italia, Alemania, Austria, Argentina, Polonia, Francia, Reino Unido y Portugal.

La sesión sirvió para que la Cámara ratificara que, pese a la suspensión de sus facultades, seguirá operando como “único titular del poder legislativo” y frente a “la usurpación de la soberanía popular” por parte de la ANC.

Según el vicepresidente de la Cámara, Freddy Guevara, la asunción por parte de la ANC de las competencias del Parlamento tiene como objetivo burlar el control parlamentario necesario para la aprobación de nuevos acuerdos económicos internacionales que, a su juicio, permitirían a la cúpula chavista seguir enriqueciéndose.

A poca distancia, en la sede de la Cancillería, el ministro de Exteriores venezolano, Jorge Arreaza, convocó por orden del presidente Nicolás Maduro al cuerpo diplomático acreditado en Caracas, ante quienes criticó las “solidaridades automáticas” de muchos países con el Parlamento y negó que dejarle sin competencias suponga su disolución.

En un comunicado de Cancillería, el gobierno dijo que rechazaba la declaración emitida el viernes por el Grupo de Lima —en el que está México—, que señaló que el acto de la Constituyente de “usurpar competencias legislativas” ratifica “la ruptura del orden democrático y constitucional en Venezuela”. El gobierno denunció lo que llamó “conjura de Lima de aplicar la carta de la OEA”.

El canciller anunció además la inminencia de una reunión internacional sobre Venezuela a la que invitó a acudir a quienes apuestan por el “diálogo” frente a las “injerencias” y el “imperialismo”.

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