Roma.— El papa Francisco dijo ayer que las personas que se pasaban la vida denunciando a la Iglesia católica eran amigos del diablo, mientras que víctimas de abusos sexuales cometidos por miembros del clero lo acusaron de rechazar una invitación para reunirse con ellos.

En un discurso en la víspera de una conferencia que convocó para guiar a los obispos sobre cómo abordar el tema de los abusos generalizados que han diezmado la credibilidad de la Iglesia, el Papa afirmó que los errores debían corregirse.

Pero aquellos acusadores que no hacían más que criticar a la Iglesia eran “amigos, primos y parientes del diablo”, aseguró el Pontífice a fieles en el Vaticano.

Reclaman acciones contundentes. Un grupo de víctimas de abusos por parte de miembros de la Iglesia católica manifestó su decepción, puesto que Francisco rechazó su invitación para reunirse con ellos.

La delegación fue recibida la víspera de la apertura, hoy, de la inédita cumbre con los presidentes de todas las conferencias episcopales del mundo sobre los casos de pederastia en la Iglesia católica.

“Creíamos que la reunión sería entre el Papa y un conjunto de sobrevivientes de todo el mundo”, mencionó el inglés Peter Saunders. “Parece que el Papa, una vez más, está desdeñando a los sobrevivientes [de abusos sexuales] y a la protección de los niños en todas partes”, dijo.

Las víctimas pidieron al comité organizador de la cumbre del Vaticano contra la pederastia “acciones contundentes” e “inmediatas”, y advirtieron que “el tiempo de las palabras ha pasado”.

La delegación estaba formada, entre otros, por el español Miguel Ángel Hurtado, de la organización Infancia Robada, y el chileno Juan Carlos Cruz, una de las víctimas del sacerdote chileno Fernando Karadima.

“Pedimos que se apliquen con rigor y rápido las leyes. Que se entreguen esos criminales a la justicia civil. No sólo a los que abusan sino también a los que encubren”, afirmó Cruz al término de la reunión de dos horas en un palacio del Vaticano.

“Que los obispos se pongan las pilas y apliquen las leyes que tienen que aplicar. Porque es una vergüenza”, agregó.

Juan Carlos Cruz, junto con otras víctimas de todos los continentes y el apoyo de organizaciones internacionales antipederastia como Snap y Eca, se citaron en Roma para una suerte de “contra-cumbre” para dar voz a todos aquellos que batallan desde hace décadas contra los abusos sexuales a menores cometidos por curas.

La contra-cumbre incluye conferencias públicas, marchas y vigilias en la capital italiana paralelamente a la cumbre en el Vaticano.

Pese a que no han sido recibidos por el papa Francisco, lo que las víctimas más temen es que no cambien las cosas.

“Pedimos que la tolerancia cero sea aplicada realmente, ya (...). Que en las próximas semanas sean expulsados los obispos encubridores. Que se vea que algo pasa”, urgió el italiano Francesco Zanardi, de la Red L’Abuso.

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