Masaya.— Grupos de choque y antimotines atacaron a manifestantes opositores, lo cual dejó un saldo de cinco muertos, según organismos de derechos humanos, con lo cual suman 127 fallecidos durante las protestas.

“El ataque fue prácticamente una invasión a la ciudad con armamento pesado”, dijo el sacerdote Augusto Gutiérrez.

De acuerdo con el presidente de la Asociación Nicaragüense de Protección a Derechos Humanos (ANPDH), Álvaro Leiva, fueron cinco los ciudadanos asesinados entre la noche del domingo y la madrugada del lunes.

Los atacantes “eran antimotines y grupos de civil que entraron [a la ciudad] en camionetas con armas de fuego, lo que hizo retroceder a los muchachos [que estaban en las barricadas] y se defendieron con piedras, hondas y morteros”, contó Augusto Gutiérrez.

El subdirector de la policía, Ramón Avellán, declaró que “estos elementos [manifestantes] están apertrechados con armas de fuego” y que la institución “se vio obligada” a salir de sus cuarteles para restablecer el orden.

“Atacan a la policía y se dedican por otro lado a robar”, dijo Avellán, quien reportó la muerte de un agente.

Masaya ha sufrido saqueo y quema de negocios, lo que ha obligado a la población a bloquear sus entradas para evitar el desplazamiento de elementos antimotines y grupos de choque afines al gobierno.

“Parece una ciudad en guerra. Hay un dolor muy grande contra el gobierno y la policía por todo lo que están haciendo contra nosotros”, apuntó el sacerdote.

De acuerdo con testimonios de pobladores, al menos dos de los fallecidos en la jornada violenta del sábado fueron ejecutados por agentes del orden público.

Los opositores al gobierno piden a la población que tengan reservas de alimentos, agua, productos de primeros auxilios y adoptar medidas de seguridad en sus vecindarios, así como a no pagar impuestos ni servicios; mientras que el gobierno nicaragüense llamó ayer a retomar el diálogo para recuperar la tranquilidad del país y evitar más destrucción y muerte tras las violentas jornadas de represión y protestas que sacuden al país desde abril y que han provocado más de un centenar de muertos.

“Todos queremos paz, queremos el diálogo, queremos trabajar juntos y escucharnos”, declaró la vicepresidenta Rosario Murillo.

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