Marrakech.— El Pacto Mundial para la Migración de Naciones Unidas fue aprobado formalmente ayer en Marrakech, Marruecos, en una conferencia intergubernamental que reunió a casi 160 países, a pesar de las críticas de nacionalistas y partidarios del cierre de fronteras.

Destacando los “esfuerzos” hechos para llegar al pacto, el secretario general de la ONU, António Guterres, exhortó a no “sucumbir al miedo” ante la migración.

Denunció las “numerosas mentiras” sobre el documento, las cuales provocaron críticas de los nacionalistas y de los defensores del cierre de fronteras. Entre los países latinoamericanos que se retiraron del pacto migratorio figuran Chile y República Dominicana. Por su parte, varios países centroamericanos, entre ellos México y Guatemala, lo consideraron un “acuerdo histórico”.

El pacto, destinado a reforzar la cooperación internacional para una “migración segura, ordenada y regular”, deberá ser sometido todavía a una última votación de ratificación el próximo 19 de diciembre en la Asamblea General de Naciones Unidas.

La conferencia de Marrakech tenía que ser una etapa puramente formal en el proceso, pero debido a la polémica del tema unos 15 países anunciaron su retirada o la congelación de su decisión sobre el acuerdo.

Cerca de 160 de los 193 países representados en la ONU habían confirmado su presencia en Marrakech, un centenar de ellos con sus jefes de Estado, de gobierno o ministros.

El pacto, no vinculante, recoge principios como la defensa de los derechos humanos y enumera propuestas para ayudar a los países a enfrentar las migraciones. También prohíbe las detenciones arbitrarias y sólo autoriza los arrestos como último recurso.

Los activistas de los derechos humanos consideran que el acuerdo no llega lo suficientemente lejos en materia de ayuda humanitaria, servicios básicos y derechos laborales de los migrantes. Sus detractores lo consideran una incitación a los flujos migratorios incontrolados.

Estados Unidos lanzó un ataque el viernes: “Las decisiones sobre la seguridad de las fronteras, sobre a quién se le permite residir legalmente u obtener la ciudadanía, son algunas de las decisiones soberanas más importantes que puede tomar un país”.

México, Guatemala, El Salvador y Honduras destacaron su nuevo “plan de desarrollo” regional, destinado a frenar la emigración desde América Central. México prevé 35 mil millones de dólares de inversiones en este plan, “la primera y más importante aplicación del pacto”, declaró Marcelo Ebrard, canciller mexicano.

Hasta ahora, nueve países se retiraron del pacto, tras haberse aprobado el texto en julio pasado en Nueva York.

La canciller alemana, Angela Merkel hizo un alegato a favor del multilateralismo; mientras que el presidente español, Pedro Sánchez, aseguró que el texto permitirá “alimentar los efectos positivos de la migración”.

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