Managua.— Nicaragua vivió una nueva jornada de violencia que dejó un estudiante muerto y una radioemisora oficialista dañada, mientras el país espera el reinicio del diálogo que ponga fin a la turbulencia política que se arrastra desde hace casi dos meses.

Un ataque armado contra una barricada de acceso a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua en la capital, la noche del jueves, cobró la vida del estudiante César Chavarría, confirmó ayer el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), que elevó el saldo de muertos en las protestas a 135.

Horas después, la madrugada del viernes, las instalaciones de la estatal Radio Nicaragua fueron quemadas parcialmente. El boletín oficial El 19 Digital atribuyó el ataque al “grupo delincuencial organizado y pagado por la derecha”.

El presidente Daniel Ortega se reunió el jueves con los obispos católicos, quienes le presentaron una propuesta para la democratización del país, de la cual no revelaron detalles, y le pidieron responder “lo más pronto posible” para decidir si vuelven a convocar el diálogo nacional, en el que sirven de mediadores.

“Presentamos al presidente Ortega la propuesta de democratización del país que ha emanado del diálogo nacional. Nos pidió un tiempo de reflexión para darnos una respuesta, que le pedimos fuera por escrito, la cual se valorará luego en el diálogo”, publicó en Twitter el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.

Un comunicado de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) señaló que con la respuesta de Ortega podrán valorar “la factibilidad de continuar” las negociaciones para salir de la crisis iniciada el 18 de abril, con la ola de protestas antigubernamentales. Los líderes católicos transmitieron a Ortega “el dolor y la angustia del pueblo ante la violencia sufrida en las últimas semanas”, en las que manifestantes han sido reprimidos por fuerzas del orden y bandas consideradas afines al gobierno. La vicepresidenta del gobierno de Nicaragua, Rosario Murillo, calificó la reunión de Ortega con los obispos como un importante encuentro “que nos marca el horizonte de diálogo en nuestro país”.

La también primera dama mostró su esperanza en que “nuestra patria recupere los rumbos de cariño, encuentro, perdón, reconciliación y sobre todo bien común”.

Los obispos habían anunciado el 31 de mayo que no reanudarían el diálogo entre el gobierno y la oposición, representada en una alianza de estudiantes, empresarios y sociedad civil, mientras no cesara la represión. Aunque ésta sigue, los obispos intentan reactivar la búsqueda de una solución pacífica.

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) manifestó su “total repudio” ante los “graves hechos de violencia” que sufre Nicaragua.

El presidente del organismo, el peruano Gustavo Mohme, así como el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Roberto Rock, expresaron su indignación por las denuncias diarias de ataques de grupos “parapoliciales” y de la Policía Nacional contra los manifestantes.

Estados Unidos recomendó a sus ciudadanos no viajar a Nicaragua por la escalada de violencia a raíz de las protestas contra Ortega. “Reconsidere viajar a Nicaragua debido a los crímenes, los disturbios civiles y la disponibilidad limitada de atención médica”, indicó el Departamento de Estado en un comunicado

Entretanto, se informó que la la fiscalía salvadoreña ordenó la detención del ex presidente Mauricio Funes (2009-2014), actualmente asilado en Nicaragua y acusado de corrupción por el desvío de 351 millones de dólares durante su gestión. La fiscalía también ordenó la detención de casi 30 personas, entre ex funcionarios del gabinete de Funes y otras personas cercanas al ex mandatario, dijo el fiscal general, Douglas Meléndez.

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