Es la otra cara del problema dentro de la cual también figura un por parte de un extranjero; el mes pasado fue hallado en Medellín, en una maleta, el cuerpo de una joven que, con su novio canadiense, Jesse Wiseman, había rentado un apartamento; él, considerado el principal sospechoso, huyó de Colombia.

A las puertas de su vivienda y café-bar, en Manila, en El Poblado, Wilson opina que esta es la mayor transformación que ha vivido la ciudad de Medellín en su historia, claro, después de la que hace más de 30 años dejaron el narcotráfico y el terrorismo que causó Pablo Escobar: “Esta ventana que está aquí, en estas escaleras, quedó doblada con la bomba que puso en el Comando de Policía, allí en la esquina. Ese día jugaba Colombia con Yugoslavia, exactamente en el Mundial del 90, de Italia; la bomba me tumbó la puerta. Son esos cambios tan duros que ha vivido el barrio”, concluye.

La muerte de 16 ciudadanos extranjeros en lo que va de 2024 en la ciudad de Medellín y sus alrededores —varios en situaciones violentas y/o relacionadas con drogas—, así como la alerta que a comienzos de enero emitió el gobierno de Estados Unidos a sus connacionales sobre los riesgos de usar aplicaciones para citas en esta ciudad, golpean a una urbe que se ha convertido en los últimos años en la más visitada de Colombia, después de Cartagena.

Lee también:

Se suma la conversación cotidiana entre los habitantes de la ciudad que, aunque en un primer momento se vieron encantados por el arribo masivo de visitantes, hoy cuestionan un turismo que varios medios describen como “tóxico”. Aunque la muerte de esos ciudadanos extranjeros no puede atribuirse al turismo en sí, ese nuevo auge ha traído problemas.

El Parque Lleras es uno de los lugares de fiesta en Medellín, al igual que La 70. Foto: Sonia Sierra / EL UNIVERSAL
El Parque Lleras es uno de los lugares de fiesta en Medellín, al igual que La 70. Foto: Sonia Sierra / EL UNIVERSAL

Con la llegada, sólo en 2023, de un millón 700 mil visitantes extranjeros a una urbe de 2 millones y medio de habitantes, el turismo pasó a ser una importante fuente de empleo y de oferta creativa. La cultura artística y musical, la fiesta, el clima, el paisaje de sus montañas y la gastronomía son algunos de los atractivos de Medellín, pero también lo son los costos accesibles en comparación con los de otros destinos turísticos para visitantes estadounidenses, asiáticos, europeos y latinoamericanos. El problema es que muchos turistas —no todos— llegan también atraídos por el turismo sexual y la historia del narco, que se replica en series televisivas.

“Cuando era niño, Medellín era la ciudad más violenta del planeta y ningún extranjero se atrevía a venir; 30 años después Medellín aparece reseñada como una de las ciudades más cool para visitar. Esto ha sido producto de una reducción enorme de la violencia, de un posicionamiento de Medellín como una marca internacional: ‘la más innovadora’, ‘la capital mundial del reggaetón’, y para el turista de corta estancia y el nómada digital es un lugar muy atractivo”, dice Daniel Carvalho, congresista y urbanista. Pero hay problemas, reconoce el legislador, que derivan de reducir la oferta a un turismo de fiesta: “Para ciertos turistas extranjeros Medellín representa hacer todo lo que no pueden hacer en sus países: consumir drogas, oír música a todo volumen hasta cualquier hora, pagar por sexo y, todo, barato”. Aunque el legislador no usa la palabra impunidad, esta idea permea entre muchos de los que llegan.

En 2023, la cifra de 31 ciudadanos extranjeros muertos —no se incluye a migrantes venezolanos—, en Medellín y el Valle de Aburrá, representó un incremento de esas muertes en 29% con relación a 2022; en los dos meses y medio que van de este 2024, las cifras de fallecidos no disminuyen.

Entre los 16 casos de muertes del año, tres fueron por suicidio, uno fue homicidio, y aún se investigan las circunstancias de los demás; entre los ciudadanos de EU fallecidos figura el caso de un joven que había llegado en diciembre a un edificio, en El Poblado, donde permaneció por semanas y que aparentemente se lanzó del piso 17; en otra zona de la ciudad fue hallado sin vida otro hombre que había alquilado por un mes un apartamento; un caso muy diferente ocurrió en un municipio vecino de Medellín, Barbosa, donde falleció una mujer de 73 años que participó en un ritual de consumo de Yagé —conocido como ayahuasca, bebida tradicional indígena del Amazonas—; uno más tuvo que ver con el posible suministro de escopolamina que se usa para robar a turistas y a personas de la misma ciudad, y que motivó la alerta de EU a sus connacionales sobre hacer citas en plataformas como Tinder y Bumble; en este caso se trató de un hombre que había ingresado a su hotel con dos mujeres que abandonaron el lugar sin él y que fue hallado muerto.

Lee también:

En 2023 llegaron un millón 700 mil visitantes extranjeros a una urbe de 2 millones y medio de habitantes; el turismo pasó a ser una importante fuente de empleo y de oferta creativa. Foto: Sonia Sierra / EL UNIVERSAL
En 2023 llegaron un millón 700 mil visitantes extranjeros a una urbe de 2 millones y medio de habitantes; el turismo pasó a ser una importante fuente de empleo y de oferta creativa. Foto: Sonia Sierra / EL UNIVERSAL

El turismo cambió barrios y parques

Wilson y Felipe —ambos se reservaron sus nombres reales— son dueños cada uno de un bar-cafetería en Manila, en el Poblado, una de las zonas más turísticas y de mayor actividad económica; los dos vecinos son de los pocos que quedan en su cuadra porque prácticamente todas las casas de la zona se transformaron en restaurantes —14 son de comida mexicana—, pequeños hoteles y hostales, escuelas de español o viviendas para rentas cortas a través de aplicaciones como Airbnb, que toman los extranjeros y que, en parte, son la causa del sobrecosto en los precios de la vivienda para los habitantes tradicionales: entre 2022 y 2023, los arriendos crecieron entre 50% y 100%. Ellos hablan de la transformación de Medellín:

“Este barrio cambió demasiado —dice Wilson—; era familiar y vea: se volvió tierra de viciosos y jíbaros que atienden a domicilio; toda esa gentrificación, como le dicen, es a raíz de los inversionistas extranjeros y se encareció todo. Tan de moda está eso que me tocó hacerlo, pero lo hice ‘a lo paisa’: yo los recibo y yo los controlo, esas aplicaciones no controlan y hay problemas de prostitución de infancia y adolescencia”. Felipe añade: “Tengo un vecino que alquila y me tocó ver un huésped que tenía, que entraba niñas, se notaba que no tenían 12, 13 años. Me tocó mandarles la policía de Infancia y Adolescencia”.

En el Parque Lleras, en las bancas, esquinas y bajo los árboles se reúnen mujeres y personas transgénero. Foto: Sonia Sierra / EL UNIVERSAL
En el Parque Lleras, en las bancas, esquinas y bajo los árboles se reúnen mujeres y personas transgénero. Foto: Sonia Sierra / EL UNIVERSAL

A unas cuantas cuadras de distancia de Manila, se encuentra el Parque Lleras, también en El Poblado, que es uno de los lugares de fiesta, al igual que La 70. Cercado con rejas que no detienen a nadie, el El Lleras, como lo llaman todos, tiene una amplia oferta gastronómica y de bares, y es muy frecuentado por todo tipo de turistas, pero predominan los extranjeros hombres de diferentes edades, algunos solos y, otros, en grupo; en las bancas, esquinas y bajo los árboles se reúnen mujeres y personas transgénero; algunas son muy jóvenes, las hay colombianas pero también venezolanas. Una de ellas es Catalina —se reserva su nombre—; es cartagenera y hace un año eligió venir a trabajar a Medellín aunque tuvo que dejar a sus hijos. Sus clientes son extranjeros: “Los turistas vienen a conocer Medellín y hay chicas y ellos son hombres y se van juntos, van a hoteles, a Airbnb, a apartamentos. Es tranquilo el ambiente. A mí me cuida Dios”.

“Es urgente —dice el congresista Carvalho— ser absolutamente estrictos con todo lo que tenga que ver con las redes de explotación sexual, en particular de menores de edad; es absolutamente intolerable. No basta con prohibir que los menores vayan a tal lugar, hay que controlar esas redes”.

Frente a la cifra de los ciudadanos muertos, contrasta que no hay cifras sobre los delitos que cometen los extranjeros en el país. En las últimas dos semanas —y tras el cambio de gobierno local en enero— la Policía colombiana, a partir de denuncias de jóvenes mujeres, ha detenido a dos estadounidenses acusados de crímenes sexuales contra menores de edad, pornografía con menores, producción y suministro de drogas; ambos tenían múltiples entradas a Colombia registradas en sus pasaportes y apartamentos rentados.

En Medellín también abrieron escuelas de español o viviendas para rentas cortas a través de aplicaciones. Foto: Sonia Sierra / EL UNIVERSAL
En Medellín también abrieron escuelas de español o viviendas para rentas cortas a través de aplicaciones. Foto: Sonia Sierra / EL UNIVERSAL
Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Comentarios