Río de Janeiro.— El cerco judicial se cierra cada vez más sobre el ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva , favorito para las elecciones presidenciales de octubre próximo.

Ayer, el Tribunal Regional Federal de la cuarta región (TRF-4), en Porto Alegre, rechazó los recursos de apelación presentados por la defensa del ex mandatario a su condena a 12 años y un mes de prisión por corrupción, decisión que —al menos en teoría— inhabilita a Lula para participar en los comicios y lo dejaría sujeto a ser detenido una vez que la próxima semana el Supremo Tribunal Federal (STF) dictamine sobre un pedido de habeas corpus preventivo que está pendiente.

En sus fundamentos, los tres jueces del TRF-4 negaron por unanimidad el pedido de absolución del máximo líder del Partido de los Trabajadores (PT), aunque aceptaron que algunos trechos puntuales de su sentencia condenatoria del 24 de enero sean corregidos. La publicación de la decisión final puede demorar varios días.

“Venimos a constatar que no sea expedida ninguna orden de prisión contra el ex presidente Lula, en los exactos términos que decidió el STF la semana pasada”, destacó a la salida del tribunal uno de los abogados de Lula, José Roberto Batochio.

En el marco de la Operación Lava Jato, el año pasado el juez federal Sergio Moro, en Curitiba, halló a Lula culpable de corrupción y lavado de dinero por recibir de la constructora OAS un departamento tríplex en el balneario paulista de Guarujá a cambio de garantizar a la empresa contratos con la estatal Petrobras durante su gobierno (2003-2010). Lula apeló ante el TRF-4, pero en enero esta corte de apelaciones no sólo confirmó el fallo de Moro, sino que además endureció la pena original de nueve años y medio de cárcel a 12 años y un mes.

Los abogados del ex presidente solicitaron entonces al tribunal explicaciones con base en supuestos vicios de omisión, confusión y errores en la sentencia (embargos de declaración), a la vez que presentaron también recursos de habeas corpus preventivos ante el Superior Tribunal de Justicia (STJ) y el STF. Con el pedido ante el STJ negado el mes pasado y ahora también rechazados los recursos ante el propio TRF-4, la única carta que le queda a Lula para evitar la prisión es que el STF acepte la próxima semana el habeas corpus preventivo.

La Corte se reunió para debatir el tema el jueves pasado, pero no llegó a votar y programó una sesión sobre el asunto para el 4 de abril. Mientras tanto, aprobó una medida cautelar que impide que Lula sea arrestado hasta que no se determine si se acepta o se rechaza el habeas corpus preventivo.

En caso de ser rechazado, el juez Moro podría ordenar el cumplimiento de la pena por parte de Lula. En cambio, si lo acepta la Corte, el ex mandatario podrá seguir en libertad mientras apela su condena a las instancias superiores.

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