San Francisco.— Más de 5 mil 600 bomberos luchaban ayer por undécimo día consecutivo contra las llamas en el gigantesco incendio Camp, que afecta el norte de California, a la espera de que se cumplan los pronósticos que vaticinan para este miércoles las primeras lluvias desde hace meses.

Camp ha cobrado la vida de por lo menos 76 personas, mientras que otras mil 276 permanecen desaparecidas a causa de esta conflagración, que arrasó por completo con la localidad de Paradise, de 26 mil habitantes, y donde se quemaron más de mil 200 edificios.

Los bomberos, cuyas tareas de extinción se dificultaron ayer por el viento, confían en las predicciones del Servicio Nacional de Meteorología, según las cuales el miércoles llegarán las primeras lluvias a una zona extremadamente seca desde hace meses.

Los meteorólogos están “casi seguros” de que ese día habrá precipitaciones en el condado de Butte, donde se desarrolla el incendio, aunque no en una cantidad suficiente como para que haya riesgo de desprendimientos de tierras en la zona.

El agua también aliviaría la situación en gran parte del resto del estado, que desde hace días se encuentra en alerta roja por la mala calidad del aire, ya que el humo se desplaza cientos de kilómetros hasta alcanzar áreas muy pobladas como Sacramento y la bahía de San Francisco.

Hasta la mañana de ayer, los bomberos habían logrado contener las llamas en 60%.

La causa que originó el fuego sigue siendo desconocida y las autoridades mantienen abierta una investigación, pero el diario local The Sacramento Bee publicó ayer que la compañía eléctrica Pacific Gas & Electric (PG&E) detectó un segundo problema en una línea de alta tensión del lugar el mismo día que se declaró el incendio.

PG&E, la mayor eléctrica de California y la segunda mayor de EU, ya centraba todas las miradas desde que la semana pasada reveló a los reguladores que halló un “problema” en una línea de alta tensión cercana al área donde se declaró el incendio, sólo unos minutos antes de que se iniciaran las llamas.

De ser encontrada causante del fuego, la empresa podría tener que abonar compensaciones multimillonarias que con toda probabilidad la dejarían en la quiebra.

En el sur del estado, la zona afectada por Woosley, un segundo fuego, podría recibir también agua a partir de esta semana.

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