Curitiba— El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pasó su primera noche preso para purgar una pena de 12 años de prisión por corrupción, mientras que sus partidarios iniciaron una “vigilia permanente”, que ha sido llamada “Lula libre” y que prometen mantener hasta que su dirigente sea liberado.

Lula quedó aislado en la celda especial de 15 metros cuadrados que le fue improvisada en la sede de la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba y, fuera de los guardias, su único contacto fue con Cristiano Zanin, uno de sus abogados, según un comunicado del Partido de los Trabajadores (PT).

Precisó que el ex mandatario “durmió tranquilo y no fue maltratado por los agentes del lugar. Permanece sereno y tranquilo”.

De acuerdo con el comunicado, Zanin lo acompañó durante un largo periodo en la celda antes de tener que abandonar la edificación.

El abogado difundió ayer un video en el que informa que Lula está bien, pero “indignado por esta situación” tras su primera noche en prisión.

La celda, que cuenta con una cama individual, una mesa y un baño privado, fue equipada ayer con un televisor, autorizado por la justicia y que el ex presidente pidió para poder ver el partido de su equipo de corazón, el Corinthians, que se medía por la final del Campeonato Paulista con su histórico rival, el Palmeiras.

Como la edificación policial fue bloqueada, los únicos que accedieron, además de policías, fueron los empleados de la empresa que abastece los alimentos de los presos. Llevaron café y pan con mantequilla para el desayuno, así como arroz, fríjol, pasta y un pedazo de carne en el almuerzo.

En tanto, el Partido de los Trabajadores anunció el inicio de una vigila permanente en las inmediaciones de la edificación policial tanto para exigir su liberación como defender su derecho a disputar las elecciones presidenciales de octubre próximo, para las que aparece como favorito en todos los sondeos.

Pero como la sede de la Policía Federal amaneció cercada y con agentes controlando los accesos en un perímetro de 100 metros tras los disturbios de la noche del sábado que dejaron nueve heridos, los simpatizantes del ex presidente tuvieron que instalar su campamento a unas dos calles.

La vigilia, que ha sido bautizada como “Lula libre”, empezó ayer a tomar forma con la instalación de las primeras carpas.

“Estamos en vigilia permanente por la libertad de Lula. Mientras él esté, nosotros nos quedaremos”, aseguró a EFE Vanda Santana, miembro de la ejecutiva paranaense del PT.

“Ya están siendo programadas hasta visitas de líderes internacionales” al campamento, según un comunicado del partido.

En tanto, el gobierno de Venezuela emitió un pronunciamiento en el que reiteró su solidaridad con el ex presidente brasileño y afirmó que es víctima de una “inquisición judicial”.

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