Más de 40 millones de personas fueron víctimas de la esclavitud moderna en 2016 y 152 millones de niños entre cinco y 17 años sometidos al trabajo infantil, de acuerdo con datos publicados ayer por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La OIT y la fundación Walk Free, en asociación con la Organización Internacional para las Migraciones, publicaron dos informes sobre estos fenómenos en relación al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 8.7 en el marco de la Asamblea General de la ONU.

De las 40 millones de víctimas, 25 millones fueron sometidas a trabajo forzado y 15 millones a matrimonios forzados. Dentro de este concepto, las mujeres y niñas se ven “desproporcionadamente” afectadas (71%).

Las mujeres y niñas representan 99% de las víctimas de trabajo forzado en la industria del sexo y 58% en otros sectores, mientras que en cuanto a matrimonios forzados son 84%, de acuerdo con las estimaciones de la OIT.

Estas formas de esclavitud se dan en todo el mundo, pero están más extendidas en África (7.6 cada mil personas), seguidas por Asia y el Pacífico (6.1 cada mil) y finalmente Europa y Asia Central (3.9 cada mil).

La esclavitud moderna engloba conceptos como el trabajo y el matrimonio forzados, el tráfico humano o la servidumbre por deuda, que afectó a la mitad de todas las víctimas de trabajo forzado impuesto por actores privados.

Las organizaciones indicaron que una de cada cuatro víctimas de la esclavitud moderna eran niños, por lo que el reto de acabar con el trabajo infantil sigue muy vigente. En total, 152 millones de menores trabajan en el mundo, es decir, uno de cada 10, y la mitad de ellos, unos 73 millones, lo hacen en trabajos peligrosos que ponen en riesgo su salud, seguridad y desarrollo moral.

A pesar de que el trabajo infantil disminuyó entre 2012 y 2016, lo hizo a un ritmo más lento que en periodos anteriores: en esa etapa la cifra bajó 16 millones, mientras que entre 2008 y 2012 fue de 47 millones, señalan los informes, aunque reconocen: “Debemos movernos mucho más rápido si queremos cumplir con nuestro compromiso de acabar con el trabajo infantil para 2025”.

Nueve de cada 10 niños que están sometidos al trabajo infantil son de la región de África o la de Asia-Pacífico. Las estimaciones sugieren que el África subsahariana experimentó un incremento de trabajo infantil entre 2012 y 2016, algo que contrasta con la tendencia a la baja de otras regiones.

Los estudios relacionan el trabajo infantil con las situaciones de conflicto y desastres: la incidencia del fenómeno en países afectados por un conflicto armado es 77% más alta que la media global, explicaron. El sector agrícola es en el que más niños trabajan, 71% del total (108 millones).

Los niños entre cinco y 11 años forman la mayor parte de los afectados por el trabajo infantil y el trabajo peligroso. Un gran número de menores han sido marginados educativamente: en el rango entre cinco y 14 años, hay 36 millones de niños que trabajan y no estudian.

Las organizaciones proponen la cooperación internacional y con el mundo empresarial para atajar la esclavitud moderna y el trabajo infantil.

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