Familiares de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan, desaparecido hace 18 días en el Atlántico Sur, pidieron ayer al presidente argentino, Mauricio Macri, que “escuche" su reclamo de reanudar las tareas de búsqueda y rescate de los marinos, suspendidas el jueves. Mientras el presidente Mauricio Macri analiza cuándo dar su mensaje sobre el tema y decretar tres días de luto nacional, de acuerdo con la prensa.

Familiares y amigos de los 44 tripulantes caminaron ayer unos siete kilómetros desde la Base Naval de Mar del Plata, adonde el submarino debió haber regresado el 19 de noviembre pasado, hasta el Casino Central.

Las familias decidieron marchar para hacer visible su inconformidad con la decisión de finalizar la búsqueda y rescate de sobrevivientes.

“Queremos que Macri venga a Mar del Plata, que nos escuche para darnos una palabra de aliento porque nosotros lo acompañamos con nuestro voto para que llegara a ser presidente”, declaró a la prensa Marcela Moyano, esposa del maquinista Hernán Rodríguez.

Marcela Fernández, esposa del suboficial Alberto Sánchez, opinó que Macri “tiene que estar acá”, en Mar del Plata, junto a los familiares, porque “alguien se tiene que hacer cargo” de la situación que padecen desde hace 18 días.

El jefe de Estado argentino todavía no se pronunció públicamente desde que el jueves su gobierno tomó la decisión de poner fin al operativo de rescate de los tripulantes.

Si bien se informó que Macri iba a dar ayer un mensaje al país y a decretar tres días de duelo nacional en homenaje a los submarinistas, pero según el diario Clarín, una serie de factores hicieron que esa decisión, que parecía inminente, se pusiera en revisión y análisis.

En tanto, durante la conferencia de prensa que realizó ayer en Buenos Aires el portavoz de la Armada, Enrique Balbi, el padre de uno de los marinos del submarino ARA San Juan reprochó la falta de comunicación de la fuerza con los familiares de los tripulantes.

“Hasta ahora la Armada no me hizo ningún llamado”, expresó Luis Antonio Niz, padre del cabo principal Luis Alberto Niz.

“Presidente [Mauricio Macri] no aceptamos el duelo nacional”, se leía en un letrero de los manifestantes.

Si bien las tareas de búsqueda y rescate de los marinos fueron concluidas sin éxito, la Armada mantiene el operativo para hallar al submarino en el océano Atlántico. Para eso, los buques dedicados a la tarea intentan determinar si alguna de las imágenes localizadas en el lecho marino es del sumergible.

Los “contactos”, como los llamó el portavoz de la Armada, se encuentran situados a 700 y 950 metros de profundidad. El sábado la fuerza militar había descartado que una imagen detectada a 477 metros de profundidad fuera del sumergible.

La Armada argentina, en tanto, está reuniendo toda la información posible para que la Justicia pueda determinar qué ocurrió con el submarino ARA San Juan.

La jueza Marta Yáñez de la ciudad patagónica de Caleta Olivia tiene a su cargo la investigación de la desaparición del submarino, ocurrida después de reportar su última ubicación frente al golfo San Jorge, a 430 kilómetros de la costa argentina y unos mil 300 kilómetros al sur de Buenos Aires.

Unas tres horas después de ese contacto se registró una explosión a pocas millas de la última posición conocida del submarino, de acuerdo con informes de un organismo internacional.

Ese día, el capitán reportó que había ingresado agua a la nave y que había generado una avería en el sistema de baterías de proa producto de un principio de incendio que, informó, había subsanado. Por eso siguió navegando con propulsión de las baterías de popa.

Sin embargo, el diario Clarín informó ayer que esa no era la primera vez que el submarino presentaba una avería, ya que había sufrido “en un viaje anterior” el ingreso de agua en la nave, un fallo similar al que reportó en su última comunicación.

“Un informe de la Marina, que el gobierno conoció recién en los últimos días, había advertido que el snorkel había fallado en un viaje anterior hecho por el mismo submarino”, indicó el diario.

De acuerdo con Clarín, el ARA San Juan había padecido el ingreso de agua marina, que “se filtró hacia el interior del buque, aunque sin alcanzar las delicadas baterías. Un desperfecto no extraordinario para una nave de estas características”.

El periódico mencionó que por ese “percance, que no llegó a mayores, el ARA San Juan debía entrar a talleres de reparación en 2018”.

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