El gobierno de Donald Trump anunció ayer regulaciones que harán más difícil para los estadounidenses visitar Cuba y que establecen nuevos límites a las transacciones comerciales con la isla, en un retroceso de la política de acercamiento que había iniciado Barack Obama.

La decisión se produce tras un anuncio en junio de Trump de que se echaría atrás la flexibilización de algunas políticas hacia Cuba instaurada por su predecesor, poniendo limitaciones a viajes por parte de individuos y estableciendo regulaciones para prohibir pagos directos a las fuerzas militares y servicios de inteligencia de Cuba.

El Departamento de Estado anunció que 180 entidades, incluyendo 83 hoteles, serán puestas en su lista de restricciones para Cuba, por lo que los estadounidenses tendrán prohibido negociar con ellas. El objetivo no es dañar empresas estadounidenses que ya han comenzado a hacer negocios con Cuba y habrá excepciones en las regulaciones para las aerolíneas, los cruceros y otros negocios.

Las entidades afectadas son ministerios, holdings, hoteles, agencias de turismo, marinas y tiendas, entre otros, a los que EU atribuye estar bajo control de o actuar para o de parte de las fuerzas armadas, servicios de seguridad e inteligencia cubanos.

Se pondrá también en vigor una prohibición existente al turismo eliminando intercambios persona a persona que habían estado permitidos bajo Obama y que abrieron una puerta trasera al turismo. En lugar de ello, las regulaciones volverán a basarse en reglas anteriores que requieren que los visitantes participen en programas específicos con operadores turísticos con licencia, o que participen de otros tipos de viaje aprobados, como los de ayuda al pueblo cubano o visitas a familiares cubanos.

Las regulaciones entrarán en vigor a partir del jueves y no se aplican a individuos que ya reservaron sus viajes. Apuntar a los pagos a las fuerzas armadas cubanas tendrá un impacto en la industria turística debido a la gran participación de los militares en la economía cubana. La lista restringida incluye los Ministerios del Interior y Defensa. Washington también está haciendo cambios a su programa de licencias de exportación.

Congresistas cubano-estadounidenses celebraron las restricciones, pero dijeron que esperaban más; el gobierno de La Habana dijo que marcan un “recrudecimiento” del embargo y un “serio retroceso” en los nexos bilaterales.

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