Washington.— El nominado por el presidente Donald Trump para dirigir el Departamento de Asuntos de Veteranos de Estados Unidos, el almirante y médico Ronny Jackson, fue acusado ayer de beber en el trabajo y extralimitarse al recetar medicamentos, entre ellos opioides, mientras la Casa Blanca defendía su “impecable” historial.

Jackson, quien ha ejercido como médico de la Casa Blanca para los tres últimos presidentes estadounidenses, está bajo creciente escrutinio del Senado, que esta semana canceló su audiencia de confirmación para ser el próximo secretario de Asuntos de Veteranos. La oposición demócrata en el Comité de Asuntos de Veteranos del Senado publicó ayer un informe que resume sus entrevistas con 23 personas que trabajan o trabajaron junto a Jackson y quienes describieron “múltiples incidentes de borrachera en el trabajo”, incluyendo una fiesta de despedida del Servicio Secreto, en la que él destrozó un vehículo del gobierno. La cadena televisiva CNN y el diario The New York Times informaron que durante un viaje al extranjero en 2015, Jackson se emborrachó y aporreó la puerta de la habitación de hotel de una empleada estadounidense, haciendo tanto ruido que el Servicio Secreto le advirtió que parara para no despertar al presidente.

El informe señala que a Jackson le llamaban en la Casa Blanca el “hombre de los caramelos”, porque “proporcionaba los medicamentos que quisieran” los empleados sin rellenar documentos de receta. El martes, el propio Trump dijo que si él fuera Jackson, se retiraría del proceso de consideración para el cargo de Veteranos. La Casa Blanca defendió ayer a Jackson, diciendo que superó “al menos cuatro investigaciones independientes”.

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