El presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró ayer que el polémico informe republicano que autorizó a publicar el viernes, en el que se señala al FBI y al Departamento de Justicia de parcialidad en la investigación de la trama rusa, lo “reivindica totalmente” dentro de esa investigación, al tiempo que funcionarios desmintieron uno de los puntos principales del texto, informó The Washington Post.

“Este informe reivindica totalmente a ‘Trump’ en la investigación. Pero la caza de brujas rusa sigue y sigue”, afirmó el presidente en Twitter.

El reporte, desclasificado por el mandatario pese a la advertencia del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de que el documento contenía “omisiones” que comprometían su “exactitud”, acusa a esta agencia federal y al Departamento de Justicia de parcialidad.

Trump recalcó: “No hubo complot ni obstrucción (la palabra utilizada ahora porque, tras un año de mirar sin fin y no encontrar nada, la palabra complot está muerta). Esto es una desgracia estadounidense”, añadió.

Poco después, insistió en que el memorándum prueba que el FBI se convirtió durante la campaña electoral en una “herramienta de actores políticos antiTrump. Esto es inaceptable en una democracia y debería alarmar a cualquiera que desee que el FBI sea un procurador no partidista de la ley... El FBI no fue honesto con el Congreso”.

La autoría del memorándum corresponde al equipo del congresista republicano Devin Nunes, un aliado de Trump, quien preside el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, en el que se denuncian supuestos abusos en el procedimiento que siguió el FBI para poder vigilar las comunicaciones de Carter Page, quien en 2016 fue asesor de la campaña electoral del ahora presidente.

El argumento principal fue que el FBI no informó que para que se aprobara la vigilancia, se basó en un informe sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones elaborado por el británico Christopher Steele, quien había recibido 160 mil dólares del Partido Demócrata para obtener “información derogatoria” sobre Trump, y que este financiamiento no fue revelado al juez de la Corte de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Foránea (FISA).

Sin embargo, dos funcionarios de EU, entre ellos el representante demócrata Adam Schiff, aseguraron, citados por medios de EU como The Washington Post, que el juez sí fue informado de que los datos fueron obtenidos de una investigación pagada, aunque no se mencionó al Partido Demócrata o a Hillary Clinton.

“La acusación central, de que el gobierno no divulgó el prejuicio político de una fuente, carece de fundamento”, indicó el Post citando a los funcionarios. El Departamento de Justicia hizo una amplia divulgación de los hechos relevantes y materiales a la corte de la FISA, que revelaron que la investigación había sido pagada por una entidad política, dijo una de las fuentes.

En tanto, la comunidad de inteligencia ha marcado distancia y en un gesto poco habitual, el director del FBI, Christopher Wray, remarcó en una carta a sus empleados que seguirá defendiendo “su integridad y profesionalismo todos los días”. La Asociación de Agentes del FBI destacó que “no permitirá” que “políticas partidistas” los distraigan de su compromiso con el país. Para añadir aún más tensión y confusión, el fiscal general, Jeff Sessions, cuyo Departamento supervisa al FBI, dijo que la agencia que dirige “no es perfecta”.

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