IPIALES, Colombia.— El gobierno de Ecuador convocó ayer a 13 gobiernos de Latinoamérica, incluido el de Nicolás Maduro, a una próxima reunión de cancilleres para tratar el alto flujo migratorio de venezolanos que huyen de la crisis en su país.

Justo ayer, más de 200 venezolanos ingresaron ayer ilegalmente a Ecuador, huyendo de una crisis económica y política cada vez más profunda en su país, en una carrera desesperada por llegar a Perú antes de que entren en vigor nuevas restricciones migratorias. Miles de venezolanos siguen abandonando el país, pese a las recientes noticias de agresiones en su contra en otros países.

La cancillería ecuatoriana informó en un comunicado que el encuentro sobre el tema del éxodo venezolano está programado para el 17 y 18 de septiembre en Quito. Los países invitados a la cita son Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Chile, México, Perú, Paraguay, Panamá, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

“El objetivo es interactuar entre los distintos gobiernos para mejorar el entendimiento de esta problemática y la información respecto a la forma en la que cada país la está afrontando, en concordancia con sus respectivas legislaciones y realidades específicas”, señaló el viceministro de Movilidad Humana de Ecuador, Santiago Chávez, al referirse a la convocatoria.

El encuentro cuenta con el apoyo de la Organización Internacional de Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Sólo a Colombia han ingresado más de un millón de personas desde Venezuela en los últimos 16 meses y al menos 820 mil han sido regularizados temporalmente. A raíz de la migración masiva, Ecuador decidió exigir pasaporte a los venezolanos desde el pasado fin de semana y Perú impondrá el mismo requisito a partir del sábado próximo. Hasta hace poco los venezolanos solamente debían mostrar su cédula para moverse entre los países andinos.

A Ecuador han ingresado este año 432 mil venezolanos. Policías ecuatorianos observaron ayer a cientos de venezolanos cruzar la frontera, pero no hicieron nada para detenerlos. “Solamente queremos que Ecuador nos apoye para seguir avanzando, porque nosotros nos dirigimos a Perú, donde podemos trabajar”, dijo Yorian Alcides Gámez.

Daisy Santana, una de las emigrantes, dijo que teme más regresar a una Venezuela en crisis que a la xenofobia. El sábado pasado, una turba incendió en Paracaima, en la frontera norte de Brasil, las pocas pertenencias de algunos venezolanos que, como Daisy, huyen de la falta de trabajo, comida, medicinas y demás en su nación.

Los disturbios se iniciaron tras correr la noticia de que un comerciante de la ciudad había sido herido durante un asalto supuestamente por venezolanos. Desde entonces, se respira la tensión en las calles de esta pequeña localidad.

“El temor lo llevamos todos, pero más temor tuviéramos si nos tuviéramos que devolver”, dice a la AFP Daisy, de 48 años.

En Brasil, tras lo ocurrido, el gobierno anunció el traslado de otros mil migrantes venezolanos a distintas ciudades del país.

Una comisión interministerial se reunió ayer en Pacaraima, en el estado de Roraima y único paso fronterizo entre Venezuela y Brasil, para evaluar la situación. “La intención es que hagamos una regularización de frontera de forma humanitaria”, dijo Viviane Ese, una portavoz de la comisión interministerial que viajó a Pacaraima.

Las autoridades brasileñas estiman que en el último año y medio han entrado por Roraima, uno de los estados más pobres de Brasil, unos 50 mil venezolanos, la mitad de los cuáles se habrían instalado en Boa Vista, la capital regional.

Se calcula además que 400 venezolanos ingresan diario al gigante sudamericano. El gobierno de Roraima volvió a pedir a la Corte Suprema el cierre temporal de la frontera con Venezuela ante la saturación de sus servicios públicos, algo que ya le fue negado con anterioridad. Agencias

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