Londres.— Decenas de miles de personas protagonizaron ayer multitudinarias protestas en el centro de Londres y en todo Reino Unido para decir, “alto y claro” al presidente estadounidense, Donald Trump, que “no es bienvenido” al país, mientras el magnate se reunió con la reina Isabel II en el Castillo de Windsor.

“Say it loud, say it proud, Donald Trump’s not welcome here” (“Dilo alto y claro, Donald Trump no es bienvenido aquí”) fue el cántico que más veces se repitió en las protestas.

Las plataformas Women’s March London y Together Against Trump organizaron las mayores movilizaciones, que terminaron en las plazas del Parlamento y de Trafalgar, respectivamente. Según las cifras de los grupos, la primera habría congregado hasta 50 mil personas y 100 mil la segunda.

“Es el carnaval de la resistencia” o “¡A mi madre no le gustas y le gusta todo el mundo!”, eran algunas de las pancartas que portaron los manifestantes que avanzaron por Oxford Street. “¡No Trump, no Ku Klux Klan, no EU fascista!”, clamaron.

Por Londres también se pudo ver un globo gigante que representa al mandatario estadounidense como un bebé en pañales, mascarillas con el mensaje “Trump apesta” en la cara de la gente o mujeres disfrazadas de las sirvientas de “El cuento de la criada” (“The Handmaid’s Tale”).

La respuesta ante la visita de Trump se pudo oír en puntos como Belfast (Irlanda del Norte), Glasgow (Escocia) o Windsor, donde también se congregaron miles de manifestantes. Chris Robbins, originario de Manchester, tomó un tren a primera hora de la mañana para acudir a la protesta de Londres, porque, dijo, la “política internacional” y el “racismo” del magnate son intolerables.

“Trump ha hecho pensar a los racistas y xenófobos que está bien pensar como ellos, por lo que es importante estar aquí y oponerse. No sólo nos oponemos a él, también contra todo lo que trata de normalizar”, declaró el español Unai Motriko, quien reside en Londres desde hace cinco años.

La organización Stonewall, que lucha por los derechos LGBTTTI, se unió a la marcha de las mujeres que terminó en el Parlamento y su directora ejecutiva, Ruth Hunt, explicó que la movilización era necesaria para asegurar que “el resfriado que recorre EU, no nos haga [a Reino Unido] contraer la gripe”. “Una de las primeras cosas que hizo [tras ser elegido] es decir que los transexuales no podían servir en el ejército y nosotras sabemos que, cuando se empiezan a atacar los derechos LGBTTTI, el resto de las comunidades también caen, por lo que tenemos el deber de juntarnos y decir: ‘No en nuestro nombre, no está bien’”, aseguró.

Mientras se realizaban las manifestaciones, el mandatario estadounidense y su esposa, Melania, se reunieron con la reina Isabell II para tomar el té. La reina de 92 años saludó a la pareja presidencial con honores militares en el patio interno del Castillo de Windsor. La reina sonrió al estrechar las manos del magnate y la primera dama. Mientras, guardias uniformados de rojo tocaban el himno nacional de EU.

El magnate también se reunió con la primera ministra, Theresa May, a quien llenó de elogios un día después de haber criticado los términos de la salida británica de la Unión Europea y dijera que Boris Johnson, quien renunció hace unos días como ministro de Exteriores, sería un gran primer ministro.

“Lo que hagas, está bien”, dijo ayer Trump a May al referirse al Brexit. “Esta señora”, añadió, volviéndose hacia ella, “es una mujer increíble que está haciendo un trabajo increíble”, y tachó de fake news las versiones sobre sus críticas del día anterior. May anunció que ambos países buscarán un “ambicioso acuerdo de libre comercio” tras el Brexit.

Después, el mandatario y su esposa, Melania, llegaron a Escocia para una estancia privada de dos días, durante la que se alojarán en uno de los campos de golf del magnate.

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