Un mando medio de las FARC desertó de ese grupo en proceso de desmovilización para presuntamente unirse a una banda de ex integrantes de la organización que se mantienen alzados en armas, se informó ayer.

El caso ocurrió este fin de semana, cuando Édgar Salgado, conocido con el alias de Rodrigo Cadete, fue ayudado por dos sujetos para desarmar a dos escoltas de un organismo estatal que lo acompañaban en un viaje por una carretera del departamento de Caquetá.

Salgado, que estaba concentrado en uno de los campamentos donde permanecen más de 6 mil 800 miembros de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) en proceso de desmovilización, recibió permiso para salir del lugar por razones que se desconocen y las autoridades le asignaron una escolta de dos hombres.

Los escoltas de la Unidad Nacional de Protección (UNP) denunciaron que fueron sorprendidos por varios hombres armados, que los despojaron de sus armas con la complicidad de Salgado.

“Hasta aquí los acompaño”, dijo Salgado, de acuerdo con el relato de los escoltas.

Salgado, que fue jefe del frente 27 de las FARC y estuvo durante 36 años en esa organización, perderá todos los beneficios pactados con el Gobierno por el grupo ex guerrillero si se confirma que desertó.

Sin embargo, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, consideró que Cadete “cometió un delito al haber amenazado a los escoltas y haberles pedido que entregaran sus armas”.

Entretanto, las autoridades investigan si Salgado se unió a un grupo de entre 300 y 400 personas que se separó de las FARC hace poco más de un año por no estar de acuerdo con el proceso de paz.

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