.— La escalada verbal entre los presidentes estadounidense, Donald Trump, y norcoreano, Kim Jong-un, alcanzó ayer un nuevo techo, luego de que el mandatario de EU calificara de “demente” a su par norcoreano, en momentos en que Pyongyang alude a un posible ensayo de bomba H en el Pacífico.

“Kim Jong-un de Corea del Norte, quien es obviamente un demente al que no le importa privar de comida o asesinar a su pueblo, será puesto a prueba como nunca antes”, tuiteó Trump.

Unas horas antes, el líder norcoreano había lanzado un ataque muy personal al inquilino de la Casa Blanca. Trump “me ha insultado, a mí y a mi país, ante los ojos del mundo entero, y ha lanzado la más feroz declaración de guerra de la historia”, dijo Kim, según un despacho de la agencia oficial norcoreana KCNA. “Voy a hacer que el hombre que está al frente del mando supremo de Estados Unidos pague caro por su discurso”, agregó el líder norcoreano.

“Castigaré con fuego al senil norteamericano mentalmente trastornado”, amenazó Kim.

El gobierno ruso se declaró ayer “profundamente preocupado” por el aumento de la tensión tras el intercambio de “amenazas” entre EU y Norcorea. En un tono similar, China solicitó poner fin a las provocaciones entre ambos líderes y optar por el diálogo.

Es necesario priorizar “una actitud razonable y no emocional, en vez de una pelea de jardín de niños donde nadie pueda frenarlos”, comentó el jefe de la diplomacia rusa Serguei Lavrov. Advirtió que “la histeria militar lleva no solamente a un impasse sino también a la catástrofe”.

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