Washington.— El estado de California anunció que movilizará 400 efectivos de su Guardia Nacional para cumplir con la demanda del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de militarizar la frontera con México, pero lo hará con condiciones. La primera, no sólo se desplegarán en la frontera, sino que estarán por todo el estado. La segunda, que en ningún caso aplicarán leyes de inmigración.

El gobernador californiano, el demócrata Jerry Brown, fue el último de los cuatro estados fronterizos con México en responder a la petición de la administración Trump.

Convertido en un adalid de la batalla contra la Casa Blanca, especialmente en asuntos de migración, Brown puso esas condiciones para desmarcarse de lo que considera un intento de perseguir a migrantes.

“Seamos totalmente claros en el alcance de la misión”, escribió el gobernador en una carta. “No será una misión para construir un nuevo muro. No será una misión para rodear mujeres y niños o detener gente que escapa de la violencia buscando una vida mejor. La Guardia Nacional de California no aplicará las leyes federales de inmigración”, sentenció.

Brown remarcó que, al contrario de lo que dice el gobierno federal, “no hay una oleada masiva de inmigrantes” entrando por las fronteras. El acuerdo de colaboración presentado señala que la operación terminará el 30 de septiembre y sólo se dedicarán a perseguir organizaciones criminales y el tráfico ilegal de armas y personas.

No quedó claro cuántos de los 400 efectivos de los reservistas serán desplegados físicamente en la frontera con México. Falta que el gobierno federal apruebe la propuesta californiana.

La decisión de California permitiría al presidente llegar a los cerca de 2 mil efectivos de las Guardias Nacionales, la cifra mínima planteada para desplegar en la frontera. Los estados de Texas, Nuevo México y Arizona ya tienen efectivos extraordinarios desplegados que suman alrededor de mil 600.

“Satisfecha de que los cuatro gobernadores de la frontera trabajen con nosotros y la Guardia Nacional para proteger la frontera. La alianza con los gobernadores es vital para el éxito de nuestro país”, se felicitó la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen.

Por su parte, el fiscal general de EU, Jeff Sessions, valoró ayer positivamente la decisión del presidente Trump de enviar a la Guardia Nacional para reforzar la seguridad y paliar la “crisis” en la zona ante “el aumento significativo de cruces ilegales” en la frontera con México.}

“Una frontera de 2 mil millas (3 mil 220 kilómetros) deja al país vulnerable ante organizaciones criminales como cárteles, pandillas callejeras y otros criminales que traen drogas, armas de fuego y violencia a nuestras comunidades”, dijo en un encuentro con Sheriffs del área fronteriza,

El senador demócrata Robert Menéndez, por su parte, aprovechó un encuentro con un grupo reducido de periodistas, entre ellos EL UNIVERSAL, para señalar que la militarización de la frontera “sólo aviva la perspectiva negativa [de EU] en toda América Latina”.

El despliegue de la Guardia Nacional en la frontera entre EU y México tiene más apoyo entre los estadounidenses que la construcción del muro: mientras 52% considera necesaria la militarización, sólo 40% cree que hay que construir la barrera. Un 71% cree que la llegada de inmigrantes indocumentados es un “problema importante”.

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