Al menos cinco policías murieron y 41 resultaron heridos ayer en un ataque con explosivos contra un cuartel en la ciudad colombiana de Barranquilla, que en principio fue atribuido por autoridades a bandas del tráfico de drogas.

Se trata de uno de los peores atentados cometidos en los últimos años contra la fuerza pública en una de las grandes ciudades de Colombia, en medio de los esfuerzos del gobierno por superar un conflicto armado de más de medio siglo financiado en gran parte por el narcotráfico.

El ataque ensombrece, además, los preparativos del popular carnaval que cada año se celebra en esta ciudad caribeña. Los policías fueron atacados a primera hora del día cuando estaban en formación en el puesto de mando del barrio San José de Barranquilla, según el comandante de la policía local, Mariano Botero.

El atentado fue perpetrado por varios hombres que al parecer dejaron una bomba en el cuartel y la activaron a control remoto. Una fuente del mando policial señaló a la AFP que al momento de la explosión había 49 uniformados en el lugar, cinco de los cuales murieron y 41 resultaron con heridas.

Los fallecidos tenían entre 24 y 31 años, mientras que cinco de los heridos están en condición crítica. Un hombre de 31 años fue capturado bajo sospecha de ser el directo responsable de “este acto criminal”, según el fiscal general, Néstor Martínez. “Le imputaremos a este sujeto cinco homicidios agravados (...), homicidios en tentativa, terrorismo agravado y uso de explosivos”, precisó en rueda de prensa.

El presidente Juan Manuel Santos expresó vía Twitter su rechazo a esta acción. “Repudio total al cobarde atentado contra estación de @PoliciaBquilla. No descansaremos hasta dar con los responsables. Mi solidaridad con los familiares de las víctimas y heridos”.

Las autoridades estiman que tras el atentado pueden estar organizaciones dedicadas al microtráfico de drogas. El general Botero también deslizó la posibilidad de que se trate de una venganza de la delincuencia organizada tras acciones contra sus “sicarios”.

El presidente mexicano Enrique Peña Nieto condenó tanto este atentado como otro ocurrido en la provincia de Esmeraldas, en Ecuador. “Nuestras condolencias a los familiares de las víctimas y una pronta recuperación a los heridos”, tuiteó sobre lo sucedido en Colombia.

Ayer mismo, el máximo jefe del naciente partido político de las FARC, Rodrigo Londoño, lanzó su candidatura a la presidencia de Colombia, prometiendo luchar contra la pobreza, pero cargando con el peso de haber liderado una guerrilla acusada de miles de asesinatos, secuestros y ataques por más de medio siglo.

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