La prisión de Huntsville, en Texas es la última parada de los condenados a la pena de muerte en ese estado. En ese lugar, de 1982 a la fecha, han sido ejecutados 544 presos .

Es ahí, donde esta tarde, el mexicano Rubén Ramírez Cárdenas podría ser ejecutado.

De acuerdo con datos de la organización Death Penalty Information Center (DPIC), en Estados Unidos han sido ejecutados 10 mexicanos , 9 de ellos en Texas, desde que se reinstauró la pena de muerte en 1976. El primero de ellos fue Ramón Montoya, ejecutado el 25 de marzo de 1993 en Texas.

El periodista de Univisión, Pedro Rojas, quien atestiguó una ejecución, describe que para llegar al cuarto de ejecuciones se debe recorrer un camino estrictamente supervisado antes de pasar las dos puertas de seguridad y control, luego hay un área de visitas, después dos puertas más y un pasillo que lleva al cuarto, donde se observa un jardín aledaño. Su testimonio se puede se leer .

La ejecución de un reo en Texas dura entre 7 y 10 minutos y es un evento programado que tiene una rigurosa formalidad, que incluye todo un proceso previo y posterior, tanto para las víctimas, como para el reo y su familia.

, que el condenado a muerte puede elegir a 5 personas para que asistan a la ejecución.

La lista de las personas que pueden asistir se ha flexibilizado a lo largo del tiempo, pues cuando las ejecuciones empezaron en 1976 , sólo la familia directa del sentenciado podía acudir.

Ahora, entre las personas que pueden asistir a ésta se encuentran sus familiares directos, amigos muy cercanos, así como un sacerdote o un representante de la religión a la que el sentenciado pertenezca.

Incluso los familiares de la víctima a quien el condenado asesinó, también pueden asistir a la ejecución.

Desde 1996 el Departamento de Justicia Criminal de Texas (TDCJ, por sus siglas en inglés) permitió que los familiares de las víctimas atestiguaran ejecuciones, luego de que un año antes se realizó una propuesta para que los sobrevivientes acudieran a dichos eventos para “contribuir a su proceso de sanación”.

El día de la ejecución ambas partes observan el proceso en habitaciones separadas. Además 5 miembros de la prensa también puede acudir.

Los asistentes deben cumplir con un código de vestimenta, que debe ser formal, y apegarse a ciertas normas, por ejemplo, no acudir vestidos de blanco.

EL DÍA DE LA EJECUCIÓN

, del Departamento de Justicia Criminal de Texas que data del año 2012, difundido por la organización DPIC , se detalla que luego de trasladar al recluso a la unidad de Huntsville, se le toman las huellas dactilares, se le lleva a una celda de espera y se le entrega un uniforme limpio.

Luego de que el preso ha sido asegurado en la celda, se le notifica al guardia a cargo, quien deberá entrevistarlo y revisar la información del paquete de ejecución.

También la Oficina de Información Pública acude a la celda a visitar al preso para saber si éste desea realizar una declaración a la prensa y, en caso de ser necesario, obtener la autorización para divulgarla.

Un sacerdote o consejero espiritual del TDCJ acude también a la celda. Además, su abogado debe estar presente el día de la ejecución, sin embargo, es el custodio a cargo de la Unidad de Huntsville quien debe aprobar todas las visitas.

EL EQUIPO DE EJECUCIÓN

De acuerdo con el documento de Procedimiento de Ejecución , en el equipo que aplica la inyección letal debe haber al menos un elemento entrenado en medicina, ya sea asistente médico, técnico en emergencias, paramédico o miembro del ejército, con al menos un año de experiencia y licencia vigente. Además, detalla, que ninguno de los miembros del equipo será identificado.

Además, cada integrante debe recibir entrenamiento antes de participar en la ejecución.

LA INYECCIÓN

La preparación de la inyección letal se da de la siguiente manera:

Un miembro del equipo prepara una jeringa con solución salina común; luego mezclan 100 mililitros de solución salina con 5 gramos de pentobarbital.

Además el equipo de drogas debe tener disponible al menos una jeringa con solución salina y la droga de la inyección letal en caso de eventos de imprevisto.

​De acuerdo con información de la organización DPIC , se ata al interno en una camilla, y un miembro del equipo de ejecución le conecta varios monitores cardíacos en la piel.

Luego, le colocan dos agujas, una de seguridad, en una vena utilizable, regularmente del brazo. Esta aguja está conectada a sondas que salen de un agujero por la pared y lo primero que comienza a fluir es la solución salina.

Después, levantan una cortina para exponer al preso a los testigos que se encuentran en una habitación contigua.

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